El CF Reus no debería irse a Riudoms

No sería ningún drama que el CF Reus jugara en un nuevo estadio en Riudoms, pero lo lógico es que no haga falta.

 

10 abril 2018 17:56 | Actualizado a 10 abril 2018 18:00
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Si un acuerdo de última hora no lo remedia, el CF Reus jugará sus partidos como local en Riudoms. Las discrepancias para que el club concurriera a la licitación del uso del estadio no han tenido, hasta ayer, solución y tanto el presidente de la entidad, Xavier Llastarri, como el máximo accionista, Joan Oliver, confirmaron ayer que la intención de la entidad es construir un nuevo estadio en unos terrenos del colindante término municipal de Riudoms, donde el Ayuntamiento se ha mostrado «acogedor», al igual que con otras empresas que han optado por radicar sus instalaciones en sus límites territoriales. Los argumentos del CF Reus para tomar esta decisión se basan en que el pliego de condiciones para renovar la concesión del estadio impiden a la entidad poder desarrollar cualquier otra actividad que no sea el fútbol, con lo que limita su capacidad para diversificar las ofertas deportivas y, con ello, mejorar la rentabilidad de las instalaciones. Otra opción que había planteado el Reus para salvar las limitaciones de la explotación de los terrenos municipales era adquirir en propiedad el estadio mediante una operación de compra-venta. Por ahora, el Ayuntamiento no ha reaccionado (al menos públicamente) a la decisión del CF Reus. Enajenar un bien público siempre resulta engorroso para el equipo de gobierno, sobre todo si se trata de algún elemento emblemático. Un estadio de fútbol lo es, por humilde que sea la instalación. No hace falta recordar los ríos de tinta y las polémicas bizantinas que motivaron los traslados a otros estadios de clubes como el Espanyol, el Athletic de Bilbao o, más recientemente, el Atlético de Madrid. Que el Reus juegue en un estadio levantado en el término municipal de Riudoms tampoco tiene que ser un problema, ni logístico ni de otra índole pragmática. Pero la coherencia dicta que, si se puede evitar, todos saldrán ganando, tanto el CF Reus como el Ayuntamiento y los propios aficionados. Lo más triste sería que no se logre alcanzar un acuerdo por cabezonerías personales o por razones ajenas a la más elemental cordura.

 

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