Donald Trump se mofaba de él llamándole «Joe el dormilón», atendiendo a su escasa agresividad. Biden, que se presentó a senador por Delaware a los 29 años, ha tenido tiempo, en su carrera política, para darse cuenta de que la confrontación no es la mejor solución a los problemas.

El aprendizaje comenzó en familia. Cuando él y su hermana eran pequeños, y él luchaba contra la desgracia de ser tartamudo, su madre les enseñó: «Nadie es mejor que vosotros… y vosotros no sois mejores que nadie».

Su padre, que limpiaba calderas y vendía coches, les legó lealtad. Al Presidente le gustaba contar que una vez su progenitor fue estafado por un socio. Cuando los fiscales le animaron a testificar en contra de él, se excusó: «No puedo, soy el padrino de su hija».