El arma de la 'catalanofobia'

Los que tenemos la gran suerte de haber nacido en Catalunya pero tener raíces andaluzas nos miramos de reojo todo lo que pasa en la tierra de nuestros antepasados

19 mayo 2017 23:16 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:34
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Los que tenemos la gran suerte de haber nacido en Catalunya pero tener raíces andaluzas nos miramos de reojo todo lo que pasa en la tierra de nuestros antepasados. Hace unos días que ha empezado la campaña electoral andaluza y a los del Partido Popular les ha faltado tiempo para, de una manera bastante ruin, utilizar la ‘catalanofobia’ como arma de destrucción masiva. El delegado del gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, se despachó a gusto la semana pasada en un mitin del PP, asegurando que «no quiero que a Andalucía se la mande desde Catalunya, ni un presidente que se llame Albert», en referencia a Albert Rivera, líder de Ciutadans, un partido que todas las encuestas le dan un gran protagonismo en el próximo Parlamento andaluz y que su ADN, para nada, está marcado por el nacionalismo o el independentismo. A mí, que tengo el corazón dividido entre las dos tierras, escuchar las desafortunadas palabras de Sanz me removió el estómago. ¿Se puede caer más bajo a la hora de intentar conseguir votos, aunque sea promoviendo el odio hacia otra tierra? A pesar de la pixada fora de test del dirigente popular, me quedo tranquilo sabiendo que el pueblo andaluz es mucho más inteligente de lo que algunos de sus políticos piensan. Las reacciones de condena de estas palabras, a través de las redes sociales, por parte de familiares y amigos andaluces estuvieron a la altura. Ellos saben, por ejemplo, que Catalunya asumió con naturalidad tener un presidente que se llamaba José Montilla y que había nacido en Iznájar (Córdoba), por cierto, un pueblo a muy pocos kilómetros del de mis padres.

Comentarios
Multimedia Diari