El corredor de Salónica, otra vez

La conexión que une Oriente con Europa siempre ha pasado por los Balcanes

19 mayo 2017 21:57 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:31
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Desgraciadamente estas semanas las noticias europeas ponen a nuestro alcance el drama de los refugiados. El conflicto del Próximo Oriente, principalmente el drama de Siria, y la inestabilidad de los Estados de la orilla sur del Mediterráneo están provocando situaciones dramáticas con los refugiados que se dirigen a Europa.

Las rutas clásicas de estas migraciones eran las costas españolas e italianas, preferentemente las ciudades africanas de España, Ceuta y Melilla, y la islas italianas de Sicilia, Pantelleria y Lampedusa. Pero la novedad de este verano ha sido la oleada masiva de inmigrantes hacia Grecia, y de allí siguiendo la ruta de Macedonia, Serbia y Hungría, hacia el corazón de Europa.

Esta ruta no es una novedad para los que conocen bien la historia de los Balcanes, y más concretamente, la geopolítica de los Balcanes de los últimos 200 años. La conexión que une Oriente con Europa siempre ha pasado por ahí.

El Imperio austrohúngaro siempre buscó una salida hacia el mar caliente, el Mediterráneo. Si bien tenia en su posesión el gran puerto de Trieste, en el Mar Adriático septentrional, su eterna voluntad de conexión con Oriente y las grandes rutas comerciales, proyectaban desde Hungría una conexión con Salónica, el mayor puerto y núcleo comercial de la zona. Es por esta razón, que el corredor que une oriente con el centro de Europa es conocido como el corredor de Salónica.

Grecia, a pesar de formar parte de la Unión Europea no es el objetivo, Grecia es una simple puerta de entrada, una etapa más del recorrido que tiene como objetivo terminar en el centro norte del continente europeo, la confortable Alemania y los estados escandinavos.

Lo que hace 200 años era un proyecto de expansión del poder centroeuropeo, el corredor de Salónica, se transforma ahora en la ruta de entrada de los inmigrantes. La corriente del orientalismo del siglo XIX, que tan bien analiza Edward Said vuelve, pero a la inversa. Esta vez no es Europa la que quiere moverse hacia Oriente sino que es Oriente el que devuelve la mirada hacia Europa. Los Balcanes siempre están allí. Parte del futuro de Europa se juega en esta zona, y la inestabilidad está al orden del día, y no sólo en los países que NO forman parte de la Unión Europea, como Serbia y Macedonia; el caso de Grecia es paradigmático.

Otra vez la geopolítica europea ha fallado y esta fallando. El problema de la inmigración y el control de las fronteras sigue existiendo, y no se trata de un problema nacional, se trata de un problema europeo en una región inestable de por sí.

La importancia geoestratégica del corredor de Salónica ha vuelto a surgir, quizás no como se esperaba, pero ha vuelto a poner en el mapa, como sucedió hace 200 años, este eje de comunicación transnacional.

Una actuación transversal que otorgue estabilidad en la zona, en Grecia y en el resto de territorios Balcánicos; Albania, Macedonia y Serbia es necesaria y primordial si desde el centro de Europa se quiere controlar la situación actual.

 

@jaumecasanas

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