El coste de la pandemia

Las cifras son tan mareantes que justifican darlo todo para tener cuanto antes a toda la población vacunada

01 abril 2021 09:00 | Actualizado a 01 abril 2021 09:04
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A la hora de hablar del coste de la pandemia, resulta obligatorio comenzar a hacerlo por lo más valioso e insustituible, por la cantidad de vidas que el virus se ha llevado por delante –75.459 en España según las cifras oficiales, 1.250 de ellas en la provincia de Tarragona– y por todas esas personas que se han visto afectadas por la enfermedad y que padecen secuelas graves. Tampoco hay que desdeñar los daños psíquicos y emocionales que una pandemia que dura ya más de un año dejará en una sociedad fatigada, hastiada y angustiada y que ha visto cómo muchos ciudadanos han perdido sus empleos y se han visto abocados a las llamadas ‘colas del hambre’.

Más fácil de cuantificar, pese a su astronómica cifra, son los costes materiales y económicos. De hecho, la crisis económica derivada de la Covid-19, que ha provocado un desplome histórico de la economía española del 10,8% en el último año, ha supuesto un importante incremento del gasto público en España para paliar los efectos sobre las familias y empresas, que el Banco de España cifra en un 5,5% del PIB entre 2020 y 2023. Es decir, más de 61.000 millones de euros. En concreto, la autoridad monetaria estima que las medidas aprobadas en 2020 para combatir los efectos de la crisis aumentaron el gasto público en torno a 3,5 puntos del PIB. Esto supone un montante de unos 40.000 millones de euros, debido principalmente al pago de los ERTE, el cese de actividad de los autónomos o los avales del ICO.

Sí, las cifras resultan mareantes. Solo en la demarcación de Tarragona la pandemia ha significado un coste de 30 millones en emergencias, aunque nadie duda de que la factura es ya mucho más elevada, toda vez que los gastos y la caída de los ingresos no han afectado solo a la administración. Unos costes tan elevados ya justificarían por sí mismos poner toda la carne en el asador para contar con las vacunas necesarias para inocular a toda la población y hacerlo de la manera más rápida posible. Es la única forma de salvar vidas y poder comenzar a rescatar la economía. ¿A qué esperamos, entonces?

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