El espectáculo de la naturaleza

Las Terres de l’Ebre presentan cada vez un abanico más importante de actividades relacionadas con la naturaleza; un ámbito que tendría ahora que reforzarse con la designación del territorio como Reserva de la Biosfera por parte de la Unesco.

Una actividad que a mi entender se tendría que potenciar al máximo es el birdwatching o turismo de observación de aves. Así lo creen también en el Parc Natural del Delta de l’Ebre y en el Patronat de Turisme de la Diputació, según apuntaron en la reciente presentación de una nueva edición de la Llista Patró dels Ocells del Delta de l’Ebre, en la que se da cuenta de la presencia registrada en este espacio de cerca de 400 especies diferentes de aves. Algunas de ellas aparecidas por despiste y gran confusión de un individuo, que llegó al Mediterráneo cuando igual quería ir a China. Otras, convertidas ya en emblema del espacio natural, como el flamenco o la pequeña gaviota de audouin. Con menos glamour pero más simpatía se pasean los omnipresentes patos, especialmente adorables en la época de reproducción, cuando es frecuente encontrar a una mamá pata seguida de numerosos patitos en fila india.

El Patronat de Turisme ha organizado para otoño una visita de aficionados a la ornitología de Dinamarca. Pero aquí el mercado potencial es sobretodo el británico, donde la principal asociación de ornitología cuenta con un millón de socios. Está claro que se trata de un turismo selecto y nada masificado, pero todavía hay mucho trabajo por delante para convertir el Ebre en un referente del birdwatching.