'El gobierno de Madrid cumple'

Está bien que Fomento vaya a adecentar nuestra cochambrosa estación de tren. Está bien, sí. Como está bien que se recoja la basura, que las calles estén asfaltadas, que las leyes prohíban robar o que las personas en paro reciban ayudas sociales. ¿Está todo eso mal?Pues no. Está bien. Claro que está bien.

Otra cosa, y ahí voy yo, es que cualquiera de esas cosas, como lo de la estación, pueda ser considerada excepcional, meritoria o digna de celebración. Eso ya no. Faltaría más que no se persiguiera el robo, se asfaltaran las calles o se ayudara al necesitado. Faltaría más que la estación de toda una capital de provincia no tuviera ni siquiera ascensores para que minusválidos, personas que van cargadas, carritos de bebé o en general todo aquel a quien le dé la gana pueda acceder al andén sin subir escaleras, que para eso paga sus impuestos tanto como el vecino de otras capitales de similar o menor tamaño pero que, vista su estación (¡y su AVE!), gozan de mayor simpatía en Palacio (y en Palau).

Más aún: la inversión anunciada ahora ni siquiera servirá para acabar con todas las reformas que la estación necesita (hacen falta 15 millones y por ahora sólo llegan 6). Y todo eso nos lo cuentan con champán y confeti a meses de municipales, de autonómicas, de generales...

Como si tuviéramos que celebrarlo, que dar las gracias, que sentirnos especiales y afortunados: en pleno 2015, cuando esa vergüenza lleva ahí décadas y un solo día sin resolverla ya es un insulto. Y aún hubo políticos locales que proclamaron, a raíz del anuncio, que «el gobierno de Madrid sí cumple». Anda ya.