El papel de la educación

Tenemos un problema en el proceso educativo, pero la solución no es exportar y optar por lo más fácil: mandarlos a casa 

30 septiembre 2020 06:40 | Actualizado a 30 septiembre 2020 07:03
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La educación, es el proceso de socialización que el ser humano ha inventado, para afrontar las cambiantes condiciones sociales del proceso evolutivo del ser humano. En el libro El infinito en un junco Irene Vallejo nos describe como el libro ha sido, hasta hoy, clave en el proceso de socialización del ser humano y como ese «instrumento» nos ha servido para avanzar. Obviamente el libro ha ido adaptándose a las realidades objetivas de los avances técnicos. Pero lo que subyace en el libro es, como el ser humano, de lo que tiene ganas es de avanzar en el conocimiento de sí mismo y de su entorno y es en esa relación, donde el ser humano debe necesariamente analizar ese binomio.

La educación está inserta, directa e inexorablemente, al entorno que la circunda y este entorno puede ser positivo, negativo, etc. Lo que no se puede negar es que nadie se educa, ni nadie puede ser educado, si ignora el entorno que le circunda, ni nadie puede educarse solo. Las niñas lobos de Medinapur, 1912, ya lo pusieron en evidencia.

Ante la realidad que ha proyectado la pandemia, es más que evidente, que se ha introducido una variable, que está modificando sustantivamente la realdad de la educación y es, la presencialidad. Es más que obvio que la educación, a través de los tiempos, ha ido incorporado a la realidad educativa los diferentes adelantos técnicos que la sociedad ha ido inventando, construyendo, pero en lo esencial hay pocas diferencias en el proceso de transmisión educativa del maestro con sus condiscípulos, a través de la historia, es la palabra, es el lenguaje la esencia del aprendizaje.

Debemos llegar a un compro-miso entre la «educación presencial» y la «educación en línea», ya que la una, es por esencia, clave en el desarrollo personal social del ser huma-no y «en línea» debe ser un apoyo a esa presencialidad, pero no un sustituto

En estos momentos la pandemia está condenando la presencialidad y se está intentado llevar la educación a una educación no presencial. Lo que no se puede negar es que ésta es una realidad que condiciona objetivamente el proceso de «enseñanza/aprendizaje». La pregunta que debemos hacernos es, si el ser humano como especie, puede aprender todo lo que necesita con una educación «en línea», dado que nuestra «animalidad» nos condiciona al aprendizaje presencial, no solo por ser mamíferos, sino por ser animales.

Konrad Lorenz uno de los máximos exponentes de la etología que es la ciencia del comportamiento animal, estudió el comportamiento instintivo en animales y demostró clarísimamente el principio de «la impronta», que es el proceso por el cual los animales siguen instintivamente, el primer objeto en movimiento que ven dentro de las primeras horas.

El ser humano ha desarrollado, según el trabajo de Rof Carballo, la impronta de la que habla Lorenz , la denomina la «urdimbre afectiva» que es, sin duda, el trenzado de influencias que el ser humano crea, aprende, asume y que le sirven para construir el ser humano, la persona que será en su existencia, es el proceso de humanización, en que el mundo emocional entra siempre en juego, y el «amor diatrófico» es la condición necesaria para llegar a buen puerto. Lo diatrófico describe Rof Carballo es el conjunto de procesos y fenómenos, que igual que en lo geológico se va conformando la tierra por deformación, alteración y dislocación de la corteza terrestre por efecto de las fuerzas tectónicas, en el ser humano se conjuga, se conforma por la realidad diaria objetiva de aprender por imitación, por la transferencia emocional del roce educativo a través de la madre en primer lugar y en los primeros estadios sociales de las guarderías, de los jardines de infancia…

Esta realidad objetiva obliga a que en este momento se tenga que llegar necesariamente a un compromiso entre la «educación presencial» y la «educación en línea», ya que la una, es por esencia, clave en el desarrollo personal social del ser humano y «en línea» debe ser un apoyo a esa presencialidad, pero no un sustituto. A nadie se le ocurre pensar que una madre vaya amantar o a educar a su prole «en línea». Asi mismo ante el avance de la tecnología «en línea» debe tenerse en cuenta lo que pediatras, psiquiatras, psicólogos han señalado sobre los serios problemas que plantea para su desarrollo emocional para la niñez que use antes de tiempo tabletas, teléfonos, televisión… «in línea». Ha declarado: «No use la tecnología como un chupete emocional; el móvil puede ser muy efectivo para mantener a los niños tranquilos y callados pero no debe ser la única forma en que aprendan a calmarse; los niños necesitan que se les enseñe cómo identificar y manejar las emociones fuertes».

La advertencia forma parte del listado de consejos que la Academia Americana de Pediatría (AAP) acaba de hacer pública para ayudar a las familias a gestionar mejor el uso de medios digitales y evitar las situaciones y problemas que vienen advirtiendo en sus consultas y que pueden comprometer el bienestar físico, psíquico o emocional de los menores. Se reconoce que tenemos un problema en el proceso educativo, pero la solución no es exportar y optar por lo más fácil, mandarlos a casa, donde sabemos que las condiciones objetivas no son en ocasiones favorables, en muchos casos paro, divorcios, ausencia por trabajo...

La educación, como la sanidad, requieren de recursos y condiciones objetivas y eso es lo que se debe planificar sin racanería, ni egoísmo, ni incompetencia. Hay que pensar, por encima de la improvisación, como se llega a un equilibrio, económico social y psicológico para que la educación sea la mejor y más posible en esta situación de emergencia.

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