El patio interior

La casa está por barrer, pero donde se acumulan más inmundicias es dentro de las habitaciones privadas, que en los políticos son públicas. La democracia, por muchas imperfecciones más o menos corregibles que tenga entre nosotros, tiene también balcones a la calle y eso se agradece siempre. Hemos estado mucho tiempo cerrados a cal y canto, pero oyendo la misma canción. Ahora podemos oír diversas melodías, pero lo malo es que todos los directores de orquesta se llevan muy mal. Pedro Sánchez, que es muy valiente, pero tan ‘echao pa lante’ que puede caerse de bruces, desafía a Susana Díaz a que se presente a las primarias del PSOE contra él. No hay cuña peor que la de la misma madera, pero lo más grave es que mucha gente del agraviado pueblo andaluz dice que a él qué coño le importa quién gane, ya que está acostumbrado a perder. ¿Por qué se llevan tan mal los líderes? Se conoce que el poder no es divisible. Las parcelas de mando acaban siendo propiedad de uno de los dos, en el caso de que no sean de ninguno.

En épocas más difíciles para opinar, me atreví a decir que España es una unidad de desatino en lo universal. Ya no hay riesgo en expresar cualquier opinión, pero por desventura únicamente cuentan las de los más locuaces tertulianos. Aunque la gente les oiga como quien oye llover. Saben que ellos no se mojan y que la gente en general lee poco. La terrible familia Pujol ha ocultado más de doce millones de euros en patrimonio y otros cinco y pico en renta. Hay que ver cómo son los virreyes. No se sacian con nada. La extensa parentela del galápago Jordi debe de profesar el viejo eslogan, si bien con alguna variante: la familia que roba unida jamás será vencida. Mientras el juez que se ocupa del inextinguible caso Gürtel sigue procesando gente, hay otros que se frotan las manos. Lo que les impide contar el dinero que se llevaron durante la llamada ‘era Camps’. Época en que el patio de su casa era muy particular, aunque se pareciese a todos los patios interiores.