El revés de la trama

Trabajar más de 55 horas a la semana aumenta el peligro de ictus

19 mayo 2017 22:00 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:28
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Trabajar cansa más que ordenar que otros lo hagan, pero todo tiene su tarea. Los tentáculos del pulpo conocido como red ‘Púnica’ llegaban a muchas grandes ciudades que ahora están de vacaciones. Sus excelentísimos ayuntamientos pagaron con dinero público servicios de reputación, o sea, de mejora de su imagen. Se conoce que no les gustaba la que ofrecían los desmemoriados espejos, que todos sufren la enfermedad de Alzheimer cuando no tienen testigos delante. Su capacidad de olvido es total. Sólo comparable a la de cada uno de nosotros si tratamos de recordar lo que nos pasó antes de nacer, cuando el mundo ya era el mundo, pero no habíamos llegado a incrementarlo con nuestra presencia y no nos preocupaba ni mucho ni poco lo que los demás pensaran. Ahora esa peripecia individual le preocupa también a la Guardia Civil, que en verdad es Benemérita, sigue sumando méritos en agosto y continúa investigando el revés de la trama tejida por algunos alcaldes, entre ellos los de Madrid y Valencia.

Son muchos más los políticos de mayor o menor cuantía, que se aganan por parecer en vez de en ser. Cuidan más el qué dirán que el qué se dicen cuando están solos, pero además descartan el uso de los espejos retrovisores. La verdad es que bastante trabajo tienen con su propia simulación y más ahora, cuando los científicos han descubierto que trabajar más de 55 horas a la semana perjudica gravemente a la salud y aumenta el peligro de ictus. No sé si se refieren al propio riesgo o al que corren los que creen en ellos y acuden a todas las manifestaciones. Las estadísticas son más crueles en verano, quizá porque quienes les hacen disponen de más tiempo libre. Una de ellas, menos pintoresca que lúgubre, revela que en Andalucía murieron 7.781 personas en tres años, mientras esperaban las ayudas previstas en la ley de la dependencia. La muerte fue puntual, pero las ayudas llegaron tarde porque el camino era largo.

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