El salario de Ada Colau

Ada Colau, líder de Barcelona en Comú, ha anunciado que cobrará 37.000 euros como alcaldesa de Barcelona, es decir, 14 pagas de 2.200 euros más el 20% de retención. Ello representa aproximadamente la cuarta parte de lo que ha percibido Trias, el alcalde saliente. En Extremadura, Podemos ha solicitado al PSOE que los sueldos de los políticos no rebasen el triple del salario mínimo interprofesional, lo que supone 1.945,8 euros al mes. Estos comportamientos son la respuesta automática de la izquierda radical a la corrupción rampante. Se puede entender que, frente a la avaricia descomedida de los partidos tradicionales, la respuesta haya sido un espectacular desprendimiento, que sin embargo no puede ser aceptado acríticamente porque encierra grandes dosis de demagogia. En las democracias maduras, el poder y la representación no pueden quedar en manos de aficionados de buena fe, ungidos por la vocación de servicio. El alcalde de una gran ciudad -como el director de una pinacoteca o el rector de una Universidad- debe ser un experto con formación adecuada capaz de ganarse la vida dentro y fuera de la política. No es lógico que el presidente del Gobierno de España tenga un salario inferior al de un jefe de planta de El Corte Inglés. Negar estas evidencias es no afrontar la política con el realismo que espera el ciudadano. Y, en el fondo, mantener un estado de cosas que han hecho posible una gran mediocridad y una vergonzante corrupción.