El último Duran Lleida

Después de la debacle de Unió en las elecciones autonómico-plebiscitarias, Josep Antoni Duran Lleida podía haber dimitido o seguir adelante. El sábado se postuló como cabeza de lista para las elecciones del 20-D. Dijo que se veía con el deber de prestar un último servicio.

Le conocí en 1977, cuando era un joven apasionado ya por la política, y cené con él en Bruselas el día que fue elegido vicepresidente de la Internacional Demócrata-Cristiana. Le gusta ser parlamentario, no rehúye las entrevistas (él mismo pensó en ser periodista) y durante años las encuestas a nivel español le situaban como el político más valorado.

A las reuniones del ‘procés’ va menos que a la peluquería. Lo suyo es evitar el choque de trenes, cuyo peligro ya le advirtió a Rajoy: si no hace nada se encontrará con una declaración unilateral de independencia sobre la mesa. Es lo que él se esfuerza en evitar.