'Escepticismo reflacionista'

Los inversores se enrocan en el ‘escepticismo reflacionista’

19 julio 2021 09:57 | Actualizado a 19 julio 2021 10:04
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El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo anunció recientemente las nuevas guías sobre las que se sustentará su estrategia de política monetaria.

El BCE establecerá un objetivo simple de inflación del 2% a medio plazo y no un techo del 2% como en su anterior redacción, hecho que a veces llevaba a endurecer la política monetaria demasiado pronto. De esta manera se da un margen amplio al Banco Central para ejecutar una política monetaria acomodaticia durante más tiempo sin tener que estar continuamente sometido al escrutinio de los mercados.

Los mercados de deuda han reaccionado con bajadas en los tipos de interés de la eurozona, algo más intensas en EEUU debido a la creciente preocupación por el ritmo de la recuperación económica mundial así como por el aumento de contagios por las últimas variantes del Covid. 

En definitiva, lo que reflejan los datos es que EEUU está abandonando la fase de aceleración para entrar en la de crucero, pero sin abandonar por ello un escenario de crecimiento económico muy fuerte, con ritmos que no veíamos desde los años 80.

Gracias al ritmo de vacunación y la efectividad de las vacunas parece que no tendremos ninguna situación crítica en los sistemas sanitarios. Son datos que ofrecen mucha confianza y seguramente permitan mantener los ritmos de reapertura establecidos en occidente sin mayores contratiempos.

La creciente preocupación por el ritmo de la recuperación económica mundial había llevado a los inversores a la seguridad de los bonos del Tesoro de EEUU y a tomar algo de beneficios en sus activos bursátiles. En cambio la ‘paciencia’ que las actas de la última reunión de la FED transmiten respecto al tapering las tires han alcanzado nuevos mínimos desde el repunte de primavera. Los tipos de interés a corto plazo no han caído al mismo ritmo que los de largo plazo, lo que ha provocado el aplanamiento de la curva temporal de tipos de interés de los bonos del Tesoro americano.

En los mercados de renta variable, la consecuencia de ese cambio de expectativas ha sido un peor comportamiento del estilo valor y de los sectores más ligados a la reapertura.

La tensión entre los datos, muy espectaculares, de actividad e inflación, y el escepticismo de los inversores está produciendo alternancias muy rápidas e intensas en el liderazgo sectorial y de estilos, a la vez que el cambio de fase de aceleración a velocidad de crucero produce una tendencia a mercados más laterales.

La caída en los tipos largos y el aplanamiento de las curvas nos parecen una consecuencia del ‘escepticismo reflacionista’ fruto del largo proceso vivido en el ciclo previo a la pandemia.

A medida que se acumule la evidencia en forma de datos de crecimiento creemos que retomaremos la tendencia a tipos más altos y curvas con más pendiente. Sin tendencias claras, y con la posibilidad de sorpresas magnificadas por la menor liquidez en los meses de verano, buscamos carteras más diversificadas, en un proceso que ya iniciamos en mayo, y sin sesgos direccionales, ni positivos ni negativos.

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