Europa, la Unión se deshace

El Brexit, la salida de la Gran Bretaña, es como la puntilla que se le da a un toro que está moribundo

19 mayo 2017 20:01 | Actualizado a 21 mayo 2017 21:13
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La Unión Europea está en crisis; los últimos meses pocas son las noticias europeas que sean positivas, y menos si vienen de la Unión.

Observamos tres grandes problemas, interrelacionados entre sí, y que tienen su origen en la falta de coordinación y de visión global del conjunto de la Unión, algo que desde hace décadas se viene avisando pero que nos damos cuenta cuando ya es demasiado tarde. La crisis de Siria; el fenómeno del Brexit i el retorno del nacionalismo endógeno de los países del centro de Europa.

La crisis de Siria ha sido la gota que ha colmado el vaso y no tanto el conflicto bélico, cuando el alud de refugiados sirios, después de tres largos años de guerra y con toda esperanza perdida, se han puesto a andar. A andar en dirección al corazón de Europa, y nadie lo ha podido controlar.

Etimológicamente el movimiento, la migración, se contradice con el concepto de Estado, que deriva de estático, inmóvil. No es una casualidad que la primera, intuitiva, acción de los estados haya sido el de cerrar las fronteras, para evitar precisamente el movimiento. El corredor de Salónica, la ruta que va de Grecia al centro de Europa, es hoy la mejor representación de la teoría de los vasos comunicantes, donde los vasos se transforman en estados, que al abrir o cerrar sus fronteras afecta consecuentemente a los demás.

El fenómeno del Brexit, la hipotética salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, es como la puntilla que se le da a un toro cuando está moribundo después de una corrida, pero que el torero no ha sabido matar. Un ataque a los pilares fundacionales de la unión, a la filosofía de la unión, al lema de la unión, ‘iguales en la diversidad’. Si bien la diversidad existe y perdura, la igualdad ya no. Triste ver como un país que no fue miembro fundador, que intentó boicotear los inicios de la Unión, y que entró a formar parte de ésta cuando el éxito estaba asegurado, ahora, en el peor momento de los últimos tiempos por los que pasa la Unión, decide abandonarla.

El nacionalismo endógeno de los países de la Europa central resurge y con fuerza; Polonia y Hungría son los casos más mediáticos, pero no olvidemos Eslovaquia i el resto de los Balcanes, exceptuando quizás Eslovenia. Países que al caer el muro de Berlín y deshacerse la Europa comunista se encontraron con sólo dos modelos encima de la mesa; capitalismo y nacionalismo; igual que cuando acabo la Primera Guerra Mundial. El ejemplo de los países fundadores de la Unión no ha sido el correcto. El nacionalismo de Francia, Alemania, Italia, España y no digamos Gran Bretaña ha impedido dar el salto de calidad necesario para una verdadera unión política de Europa, que hiciera desaparecer a los nacionalismo estatales, no ha sido así.

Y los nuevos miembros de la Unión, sobre todo los países del centro del continente, los de la ampliación del año 2004, tienen la lección bien aprendida, y han visto que los pasos de la integración política europea han sido contradictorios; desde Maastricht a Lisboa pasando por Niza. Los gobierno populistas de estos países centro orientales saben que una cosa son los ideales y otra cosa es la ‘real politik’. A todo ello hay que añadir que los sentimientos nacionales en esta zona son muy sensibles y todavía no se han recuperado del todo de la implosión del imperio austro-húngaro, al terminar la Primera Guerra Mundial. En estas tierras, estado y nación no siempre son lo mismo, no siempre coinciden las fronteras de las naciones con la de los estados.

El futuro de la Unión Europea corre serio peligro. Los tres frentes siguen abiertos y la incapacidad de actuar está a la orden del día. Surgen iniciativas ’regionales’, Austria aliada de los estados que formaban parte de su imperio, bajo ninguna tutela de la Unión. Malos ejemplos.

Que el comisario europeo responsable de inmigración sea griego no deja de ser una macabra alegoría, con las suertes que corre su país. Otro de los colmos es ver como una parte de la Gran Bretaña que hizo un referéndum para lograr su independencia, Escocia, a la que se le amenazó de salir de la Unión si lograba la independencia, sea ahora la única valedora de que Gran Bretaña se quede en la Unión. El mundo al revés. La Unión se deshace.

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