Excusas para no ponerse la mascarilla

Es tan surrealista que al verlo por primera vez uno duda incluso de que sea cierto.

El vídeo del hombre que el pasado sábado fingió ser un perro para no ponerse la mascarilla en Cangas de Onís tras ser interpelado por la Policía Local es una anécdota sin duda.

De hecho, testigos de los hechos apuntaron que tanto él como su acompañante presentaban claros síntomas de embriaguez.

Pero a tenor del mensaje que se han visto obligados a lanzar diversos colegios de médicos, entre ellos el de Tarragona, aclarando que este colectivo no tiene obligación de hacer certificados que eximan del uso de la mascarilla, parece que hay más de uno que intenta librarse del protector sin motivos consistentes.

Cuesta entender que a estas alturas de la pandemia, con el balance de fallecidos alcanzado, la dureza del confinamiento y la crisis económica provocada por el parón de la actividad, haya tanta resistencia aún a llevar la mascarilla cuando es de las pocas armas que tenemos a nuestro alcance para frenar el avance del coronavirus.

Puestos a entender es más comprensible la relajación de algunos colectivos que la oposición frontal a esta medida.

Más vale pecar de prudente que lamentar males mayores así que puestos a elegir vídeos me quedo con el de Anthony Hernández, el niño ecuatoriano que en julio se hizo viral por ponerle una mascarilla a su perro.