El 20 de enero Joe Biden (de 78 años) comenzó el día yendo a misa a las 10.45 a la Catedral Católica de San Mateo, de Washington. Le acompañaba su esposa Jill, así como Kamala Harris y su marido Douglas. También Nancy Pelosi y algunas personalidades más.
A las 12.30 llegó al Capitolio, donde le esperaban tres expresidentes, por cierto más jóvenes que él: Bill Clinton y George W. Bush, ambos de 74 años, y Barack Obama, de 59. Excusó su presencia, en cambio, Jimmy Carter, que tiene 96 años y ha superado un cáncer con metástasis.
De sus predecesores vivos solo faltaba Donald Trump, que se había marchado a Florida para no estar en el traspaso de poderes. Fue mejor. Su presencia hubiera desentonado en una ceremonia que se mantuvo serena y emotiva.