Fatiga pandémica

El estrés es un mecanismo de respuesta automático que se pone en marcha cuando nos encontramos en un momento de peligro físico real

11 febrero 2021 07:20 | Actualizado a 11 febrero 2021 20:42
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Falta escasamente un mes para que se cumpla un año desde que nuestras vidas cambiaron de forma completa, un giro de 180 grados que nadie se podía imaginar. Confinamiento, restricciones, uso de mascarilla, distanciamiento social, teletrabajo (los que han podido seguir trabajando) y todo ello marcado por la incertidumbre, en muchos casos por el miedo, por el sufrimiento de la pérdida de un ser querido, por el desasosiego de la situación económica, un periodo complicado donde desde hace casi un año las personas están expuestas a un nivel de tensión y estrés más elevado de lo recomendable.

El estrés es un mecanismo de respuesta automático que se pone en marcha cuando nos encontramos en un momento de peligro físico real, el cual nos permite salvar la vida, o cuando nos encontramos delante de una situación para la cual no disponemos de todos los recursos necesarios para llevarla a cabo con éxito, como por ejemplo, un reto nuevo, una tarea que no dominamos, una situación novedosa. En estos casos, el estrés nos permite obtener los resultados y conseguir superar la situación, ya que sin él, no lo lograríamos. Un estrés moderado, nos pone las pilas y nos da ese empuje de motivación y fuerza que necesitamos.

Pero nos encontramos ante una situación completamente distinta, las personas estamos sometidas a un periodo largo de estrés elevado. Después de casi un año de pandemia, donde al principio nos pilló a todos de imprevisto, con fuerza para aplaudir a las 20.00 h, realizar videollamadas diarias, hacer pasteles y realizar deporte delante del televisor, ahora la sociedad está cansada y agotada, la desesperanza empieza a apoderarse de las personas. A raíz de este hastío cada vez más tangible, la Organización Mundial de la Salud (OMS) acuñó hace meses el término fatiga pandémica para dar respuesta a la situación en la que muchas personas se encuentran de desgaste emocional, cansancio y agotamiento tanto físico como mental debido a la incertidumbre en la que nos encontramos y la falta de control que sentimos respecto a la pandemia y nuestra propia vida. Estamos más irritables y nos empieza a costar más hacer las cosas. Nuestro cuerpo y mente se debilita y empezamos a tener conductas inadecuadas para nuestro bienestar físico y emocional. La fatiga pandémica preocupa a la Administración ya que puede llevar a la relajación del cumplimiento de las medidas para frenar el número de contagios.

Convivir con la fatiga pandémica no es fácil pero seguir las siguientes propuestas nos ayudará a sobrellevarla de la mejor manera posible.

1 En lo que nos sea posible buscar reforzadores positivos, actividades que nos generen bienestar emocional. Ahora más que nunca es importante mantener unos hábitos saludables, tanto en la práctica del ejercicio físico como en proveernos de una dieta saludable, evitando el consumo de alcohol y comidas demasiado calóricas. Encontrarse bien físicamente nos ayudará a poner freno a un bajo estado de ánimo.

2 Limitar el consumo de noticias sobre el Covid-19 hará que no nos centremos solo en este tema y nos permitirá pensar y centrarnos en otras cuestiones.

3 Seguir el contacto con los amigos y familiares, personas en las que hay que apoyarse en estos momentos. El sentimiento de colectividad y comunidad nos empuja a tirar hacia adelante, no estamos solos ante esta situación, no nos olvidemos de compartir lo que hacemos y cómo nos sentimos, de conversar, un rato de buena compañía es un bálsamo en estos momentos, aunque sea con mascarilla o virtualmente.

Estamos más irritables y nos empieza a costar más hacer las cosas. Nuestro cuerpo y mente se debilita y tenemos conductas inadecuadas

4 Poner foco en lo que depende de nosotros mismos, en aquello en que podemos incidir de manera directa. Evitar situarnos en el pasado para comparar cómo estábamos hace un año y también no hacer demasiados planes de futuro, hay que situarnos en el hoy. Un elemento que depende totalmente de nosotros es cómo afrontamos las emociones que sentimos. Hay que dejar espacio para reconocer aquello que sentimos. Si nos encontramos abatidos, agotados, desmotivados, démonos permiso para aceptar estos sentimientos. La aceptación nos sitúa en un espacio de comprensión y calma, nos permite digerir las emociones desagradables para situarnos en un plano de acción. Por muy paradójico que pueda parecer, la aceptación es el primer paso para tener una actitud proactiva delante de lo que nos acontece.

Estas pautas ayudarán en mayor o menor medida dependiendo de la situación en la cual se encuentra cada persona (si ha sufrido la pérdida de un ser querido, situación económica complicada, personal sanitario, etc) y de la manera en la cual percibe las emociones que siente y dispone de recursos para afrontarlas (sensación de agotamiento, cansancio, apatía, tristeza, desmotivación, desesperanza, etc.).

A veces, a pesar de realizar todo lo posible para ponerle buena cara a la situación, esta nos sobrepasa. Han aumentado en las consultas de psicología los trastornos de ansiedad debido a la Covid-19, estamos más tristes y más nerviosos. Acudir a un profesional de la psicología nos permite aprender técnicas psicológicas para modificar nuestra conducta y nos ayuda a situarnos en un paradigma mental distinto, más adaptativo proporcionando estrategias y conductas resilientes para mitigar las consecuencias sobre nuestra salud mental y emocional provocada por la fatiga pandémica.

La gran mayoría de personas con trastornos de ansiedad recurren a psicofármacos, ansiolíticos, antidepresivos o pastillas para dormir que ayudan a aliviar los síntomas durante unas horas pero no resuelven el problema y pueden llevar a cronicidad. La situación de pandemia pone en relieve la importancia de la salud mental y la atención psicológica y la necesidad urgente de reforzar la sanidad pública en éste ámbito.

Eva Llatser: Presidenta de la Delegación de Tarragona del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña. Psicóloga y Coach

Comentarios
Multimedia Diari