Formación contra el drama del paro

Los fondos europeos deberían destinarse a la modernización del sistema productivo, y no solo a tapar agujeros

25 febrero 2021 10:20 | Actualizado a 09 marzo 2021 19:38
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La pandemia ha elevado hasta la insoportable cifra de 23.700 el número de familias de la provincia de Tarragona que tiene a todos sus miembros en paro. Son 7.000 más que las que había en 2019, un incremento del 42%. Un dato escalofriante que da idea de la magnitud de la crisis en que estamos sumidos. Sin duda, uno de los más graves problemas económicos y sociales de nuestro país es el elevado paro estructural, que ronda el 16%. Otro inquietante problema es el alto porcentaje de graduados y másteres que, al terminar la carrera, se van al extranjero, atraídos por ofertas razonables y desanimados aquí por la escasez de vacantes de su nivel y lo raquítico de las escalas salariales.

En este sentido, cabe destacar que la pérdida de cerebros es fruto de una costosa dejación de responsabilidad del propio ‘establishment’. Infortunadamente, estos problemas del mercado laboral son en gran medida la consecuencia de la obsolescencia de nuestro modelo de desarrollo, centrado en exceso en el turismo y en la construcción y con una industria en decadencia, que por añadidura se verá afectada por la crisis automovilística mundial, debida al cambio tecnológico y a una reducción de la movilidad.

Consecuentemente, para reparar el daño producido por la pandemia en el mercado laboral, lo lógico será que los fondos de reconstrucción que lleguen de Europa se apliquen a la modernización del sistema productivo, y no solo a tapar los agujeros del antiguo. Es preciso avanzar en la dirección recomendada por Bruselas, es decir, en la descarbonización y digitalización, de un lado, y en la formación que garantice una mayor competitividad, de otro, sobre todo ante las perspectivas de una mayor robotización que amenaza ya muchos puestos de trabajo. La innovación requiere apoyarse en un sistema formativo que, en el tramo obligatorio, dé las habilidades básicas a todos, y en las etapas siguientes genere una oferta de trabajadores que encaje con la demanda existente. Esta es la tarea que nos aguarda y en la que hemos de volcarnos de forma prioritaria.

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