Hipermodernos, pero idiotas

Ya hace tiempo que conviven entre nosotros, pero con la pandemia su número ha aumentado. Me refiero a los «idiotas hipermodernos», ese término con el que el filósofo cordobés José Carlos Ruiz se refiere a esas personas que no necesitan contrastar las informaciones que reciben, que solo se centran en reafirmar sus propias creencias y creen vital hacerlas públicas en las redes sociales, sin dudar en tachar de conspiración, manipulación o falsedad cualquier evidencia que pudiera negar o poner en duda aquello de lo que están convencidas: «Como buen idiota pierde la capacidad de escuchar al otro, al que piensa diferente», dice el filósofo, que se muestra temeroso de que el problema irá a más, «porque los algoritmos de las redes sociales no están por la labor de ofertarles una pluralidad en la visión del mundo, sino de reforzar sus intereses».

Sí, en un momento pensamos que internet y las redes sociales, el acceso a tanta información, nos haría personas más abiertas, empáticas y tolerantes. Pero no, nos hemos aislado más, oyendo solo a los que queremos escuchar y rechazando lo que nos podría aportar una visión más rica de cuanto nos rodea. Y así estamos, inmersos en un diálogo de sordos que, lejos de abrirnos las puertas a nuevos mundos, nos devuelve a la tribu. Y así nos va, hipermodernos, pero idiotas, al fin y al cabo.