Laurent Simons, niño belga de origen holandés, acabará el mes que viene, a los nueve años de edad, la carrera de Ingeniería Eléctrica en la Universidad Tecnológica de Eindhoven.
El nene completó la carrera en año y medio después de pasar como una flecha por el instituto. Ahora planea unas vacaciones en Japón y a la vuelta hacer el doctorado y estudiar Medicina.
Los padres, un dentista y una administrativa, dicen que el niño, por lo demás, es «normal», que debe ser lo más difícil en estas circunstancias. Sus profesores aseguran que es una esponja y aprende lo que le echen.
Iba a concluir, pensando en su inteligencia: ¡Lástima que no tenga vocación por la política!; pero me detengo a tiempo, no sea que alguien me objete: o por el periodismo…