Internet, prensa escrita y medios digitales

Internet ha desvirtuado la calidad, veracidad y neutralidad de la información

12 abril 2021 08:40 | Actualizado a 12 abril 2021 11:33
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Cuando adquirimos un periódico de tirada nacional, tendemos a identificarnos con su línea editorial, seguramente porque en sus páginas encontramos lo que nos complace y gusta leer. También están, no menos necesarios, los diarios regionales o de ámbito local que abarcan una amplia difusión y cubren la necesidad informativa de capitales y sus provincias. En cualquier caso, la prensa impresa en papel todavía es la que goza de mayor prestigio y credibilidad por su responsabilidad y profesionalidad.

Con la aparición de Internet y el fenómeno de las redes sociales Facebook, Twitter, Instagram etc. el tratamiento de noticias de todo ámbito, pero principalmente las del espectro político, ha experimentado una transformación radical. Las fake news están al orden del día, la desinformación y un posicionamiento enquistado y partidista hacia uno de los dos grandes bloques ideológicos, ha permitido que movimientos populistas detestables sean tratados con cierto acato y formalidad según provengan en las redes de uno u otro lado, y así la ausencia de rigor ha convertido a estos medios poco menos que en una ley de la selva.

Como consumidor de prensa de toda índole, uno encuentra a faltar el concepto liberal demócrata basado en el Ágora de la Antigua Grecia donde los valores tradicionales, trasladados al siglo XXI abogan por un entendimiento entre un capitalismo democrático y un mercado libre controlado. Hoy las plataformas digitales son descomunales medios decisivos que influyen en millones de personas en tiempo real y en todo el mundo. Algunos comunicadores tienen millares de seguidores en Twitter transmitiendo opiniones interesadas de dudosa objetividad.

Ya hemos señalado que, con la implantación de Internet y las aplicaciones telemáticas, la gestión de noticias con celeridad e inmediatez, opiniones indiscriminadas sin contraste y unas herramientas online controladas por las grandes empresas del sector, han desvirtuado la calidad, veracidad y neutralidad de la información. No existe posible debate entre ecuanimidad y objetividad, prescindiendo de la moralidad o la integridad y sacrificando la imparcialidad como sometimiento a la superioridad.

Es así como consideramos que la prensa impresa en papel es más estricta a la hora de establecer un equilibrio en cuanto al análisis de los hechos reales de la política, preservando la integridad moral y la imparcialidad periodística. La ineludible necesidad de intercambio de ideas hoy no encuentra interlocutores válidos por una apuesta liberal que, excepto en la Constitución de 1812 nunca ha tenido encaje en nuestra política, y así la reciente historia confirma la convulsa división entre derechas e izquierdas.

En este maremágnum informativo de opinión y mediación, cabe considerar a los diarios digitales, ya incorporados al consumo habitual ciudadano como medios con cierto rigor periodístico, ofreciendo un amplio abanico de información y periodismo de investigación para dispositivos digitales.

Ante este panorama incierto y cambiante, hoy por hoy, apostamos por la tradicional prensa impresa en papel que garantice el contraste de noticias de sus profesionales y filtre el contenido de políticos y colaboradores externos. En este país, las mentiras en política y redes sociales no pasan factura, pero sí en la prensa impresa en papel.

Luis Álvarez De Vilallonga: Expresidente del Rotary Tarragona.

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