Nada más previsible que el resultado de la entrevista que celebraron en la Generalitat Carles Puigdemont y Pedro Sánchez. Hubo desacuerdo en lo esencial: en el referéndum, una vez más revestido de derecho a decidir. ¿Pero decidir qué? That is the question, que diría Shakespeare.
Derecho a que el pueblo de Catalunya decida si quiere la independencia, en el concepto de Puigdemont y la hoja de ruta soberanista.
Derecho a que el pueblo de Catalunya decida si quiere una oferta de más autogobierno, a través de una reforma constitucional, en la idea de Pedro Sánchez.
Dicho de otro modo, Puigdemont (como antes Mas) propone a Catalunya un referéndum para irse. Pedro Sánchez propone a Catalunya uno para quedarse. ¿Sería más democrático uno que el otro? No parece. Pero aquí está el dilema desde hace tiempo, y no creo que se resuelva a estas alturas. Los trenes ya han chocado.