Kafka y Goleman en nuestra sociedad

Nos encontramos con casos tan inverosímiles como la elección del alcalde de Girona

19 mayo 2017 20:01 | Actualizado a 21 mayo 2017 21:14
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Luís Fernando Valero

Según el documento de “Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud’, España es el país europeo con la tasa más alta de síntomas depresivos en la población de edad avanzada y lo triste es ver que el índice no disminuye sino aumenta.
Analizando como se está comportando la sociedad española, no hay más que leer cada día la prensa y lo que se cuece en las redes sociales, debe aceptarse, que el nivel de enfrentamiento y de insulto ha amentado y un buen ejemplo de todo ello son las reacciones entre los políticos que pasan del amor al odio sin escalón de parada. Un día dicen, que con uno no pactaran nada y que son la esencia de la casta y al otro día se les dice a esos mismos que vengan a ellos porque  “Somos una máquina de amor”
Un día dice que desea que sea su presidente y que está emocionado con ello y al día siguiente le suelta que «La posibilidad histórica de que Pedro Sánchez sea presidente es una sonrisa del destino que siempre tendrá que agradecer». Con perlas así  podíamos seguir hasta el infinito.
Si nos paseamos por Cataluña nos encontramos con situaciones tan inverosímiles como la elección  del alcalde de Gerona que de ser candidato en una lista en donde iba de 19, no salió elegido y por arte de birlibirloque  se supone que por deseo expreso del Presidente de la Generalidad, ex alcalde la esa ciudad ( ya de por sí su propia  elección fue otra decisión personal de anterior presidente )se les ilumina el caletre a los que iban en la lista municipal gerundense, por la que renuncian todos y todas y es elegido alcalde. Una alcaldesa que exclama : «Si hay que desobedecer las leyes que sean injustas, se desobedecen» luego sus empleados le devuelven la pelota. Hay más ejemplos.
 Debe reconocerse que si éste es el modelo de democracia que auspician los independentistas  para la “República Catalana”, que dios  los coja confesados.
Pensando que puede haber auspiciado toda esta situación que está sirviendo de base para definir lo que acontece actualmente en Cataluña es Kafka aquel personaje “Cuando una mañana se despertó Gregorio Samsa, después de un sueño agitado, se encontró en su cama transformado en un espantoso insecto”, la sociedad catalana lleva una temporada que se enfrenta a un mundo complejo, que se basa en reglas desconocidas, las cuales nunca llega a comprender. Se trata de un universo presidido por la inverosimilitud y la irrealidad, lo que provoca el pánico en la lógica humana más natural.
De aquí que el adjetivo kafkiano se utilice precisamente para describir situaciones similares. Cuando se dice que algo, alguna cosa o situación son kafkiana, quiere decir que es absurdamente complicada, extraña, irreal como las que describía Kafka. 
Para salir de este  mundo kafkiano en que se encuentra España y en donde destaca en especial Cataluña se deberían intentar desarrollar los conceptos de a Inteligencia Emocional de Goleman en donde se afirma que cuando se sufren traumas serios de índole físico o psíquico conviene desarrollar fases de autoconciencia, conciencia social autogestión y gestión de relaciones para tener  un efecto positivo en los demás.
La fama y el prestigio que tenia antaño el catalán, trabajador, serio, persona de palabra, admirado por las demás regiones de España se ha tornado en una persona que ha perdido esas cualidades y que se ha ensimismado perdiendo aquello de lo que tenía fama “el seny”, el sentido común, el equilibro, la templanza.
Analizando algunos de los ejemplos que describe Goleman en uno de sus últimos librosThe brain and emotional Inteligence:New Insigths cabe pensar que la aceptación por parte de Jordi Pujol, en julio del 2014, considerado hasta su declaración , como una de las columnas éticas y sociales fundamentales de la Cataluña actual,  su falaz conducta durante años de predicar una cosa y hacer lo contrario, constituyó un choque horrible al equilibro personal social de la sociedad catalana que ha destructurado los contrafuertes de esa sociedad,  optando por tirarse al monte a ver qué ocurre.
Coleman claramente afirma, basándose en experimentos de Antonio Damasio,  las conexiones verbales afectan a los sentimientos  y a las decisiones.
Al igual  que aquella otra obra Oliver Sacks del «El hombre que confundió a su mujer con un sombrero” hay momentos en una sociedad pierde el norte y no sabe hacia dónde dirigir sus pasos. Da la impresión que se olvida que un cambio político profundo se debe apoyar  en una base cultural construida previamente, y dado como está la educación en España ello no se observa con nuestras ratios que vayamos por buen camino.
Fue Kant quien se desarrolló la expresión el “mal radical” para denominar la “perversión del corazón” inexplicable, según él, en seres dotados de razón y autonomía, por tanto, de adquirir un sentido moral. El mal radical existe. Hace que, en circunstancias paralelas, hay quien se guía por la razón y otros optan por la sinrazón. Es triste ver  que el ideal ilustrado de una sociedad de personas libres, al servicio de una sociedad mejor, no se cumple.  Y cuesta entender que se opte por la ruptura como el precio que hay que pagar para el desarrollo de las libertades individuales.
Acá  se ha optado por construir la casa por el tejado, con un mantra totalmente falso como es “el derecho a decidir” que no lo recoge ninguna legislación internacional se ha optado por saltarse todas la reglas y el ordenamiento legal basándose en un mantra sentimental que a fuerza de repetirse se convierte en dogma fundamental.
Debemos una vez más releer a Goleman y su Inteligencia Emocional y que ese concepto como él señala sea un meme (unidad mínima de información que se puede transmitir) esencial de nuestra cultura.
Según el documento de “Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud’, España es el país europeo con la tasa más alta de síntomas depresivos en la población de edad avanzada y lo triste es ver que el índice no disminuye sino aumenta.

Analizando como se está comportando la sociedad española, no hay más que leer cada día la prensa y lo que se cuece en las redes sociales, debe aceptarse, que el nivel de enfrentamiento y de insulto ha amentado y un buen ejemplo de todo ello son las reacciones entre los políticos que pasan del amor al odio sin escalón de parada. Un día dicen, que con uno no pactaran nada y que son la esencia de la casta y al otro día se les dice a esos mismos que vengan a ellos porque “Somos una máquina de amor”

Un día dice que desea que sea su presidente y que está emocionado con ello y al día siguiente le suelta que «La posibilidad histórica de que Pedro Sánchez sea presidente es una sonrisa del destino que siempre tendrá que agradecer». Con perlas así podíamos seguir hasta el infinito.

Si nos paseamos por Cataluña nos encontramos con situaciones tan inverosímiles como la elección del alcalde de Gerona que de ser candidato en una lista en donde iba de 19, no salió elegido y por arte de birlibirloque se supone que por deseo expreso del Presidente de la Generalidad, ex alcalde la esa ciudad ( ya de por sí su propia elección fue otra decisión personal de anterior presidente )se les ilumina el caletre a los que iban en la lista municipal gerundense, por la que renuncian todos y todas y es elegido alcalde. Una alcaldesa que exclama : «Si hay que desobedecer las leyes que sean injustas, se desobedecen» luego sus empleados le devuelven la pelota. Hay más ejemplos.

Debe reconocerse que si éste es el modelo de democracia que auspician los independentistas para la “República Catalana”, que dios los coja confesados.

Pensando que puede haber auspiciado toda esta situación que está sirviendo de base para definir lo que acontece actualmente en Cataluña es Kafka aquel personaje “Cuando una mañana se despertó Gregorio Samsa, después de un sueño agitado, se encontró en su cama transformado en un espantoso insecto”, la sociedad catalana lleva una temporada que se enfrenta a un mundo complejo, que se basa en reglas desconocidas, las cuales nunca llega a comprender. Se trata de un universo presidido por la inverosimilitud y la irrealidad, lo que provoca el pánico en la lógica humana más natural.

De aquí que el adjetivo kafkiano se utilice precisamente para describir situaciones similares. Cuando se dice que algo, alguna cosa o situación son kafkiana, quiere decir que es absurdamente complicada, extraña, irreal como las que describía Kafka.

Para salir de este mundo kafkiano en que se encuentra España y en donde destaca en especial Cataluña se deberían intentar desarrollar los conceptos de a Inteligencia Emocional de Goleman en donde se afirma que cuando se sufren traumas serios de índole físico o psíquico conviene desarrollar fases de autoconciencia, conciencia social autogestión y gestión de relaciones para tener un efecto positivo en los demás.

La fama y el prestigio que tenia antaño el catalán, trabajador, serio, persona de palabra, admirado por las demás regiones de España se ha tornado en una persona que ha perdido esas cualidades y que se ha ensimismado perdiendo aquello de lo que tenía fama “el seny”, el sentido común, el equilibro, la templanza.

Analizando algunos de los ejemplos que describe Goleman en uno de sus últimos librosThe brain and emotional Inteligence:New Insigths cabe pensar que la aceptación por parte de Jordi Pujol, en julio del 2014, considerado hasta su declaración , como una de las columnas éticas y sociales fundamentales de la Cataluña actual, su falaz conducta durante años de predicar una cosa y hacer lo contrario, constituyó un choque horrible al equilibro personal social de la sociedad catalana que ha destructurado los contrafuertes de esa sociedad, optando por tirarse al monte a ver qué ocurre.

Coleman claramente afirma, basándose en experimentos de Antonio Damasio, las conexiones verbales afectan a los sentimientos y a las decisiones.

Al igual que aquella otra obra Oliver Sacks del «El hombre que confundió a su mujer con un sombrero” hay momentos en una sociedad pierde el norte y no sabe hacia dónde dirigir sus pasos. Da la impresión que se olvida que un cambio político profundo se debe apoyar en una base cultural construida previamente, y dado como está la educación en España ello no se observa con nuestras ratios que vayamos por buen camino.

Fue Kant quien se desarrolló la expresión el “mal radical” para denominar la “perversión del corazón” inexplicable, según él, en seres dotados de razón y autonomía, por tanto, de adquirir un sentido moral. El mal radical existe. Hace que, en circunstancias paralelas, hay quien se guía por la razón y otros optan por la sinrazón. Es triste ver que el ideal ilustrado de una sociedad de personas libres, al servicio de una sociedad mejor, no se cumple. Y cuesta entender que se opte por la ruptura como el precio que hay que pagar para el desarrollo de las libertades individuales.

Acá se ha optado por construir la casa por el tejado, con un mantra totalmente falso como es “el derecho a decidir” que no lo recoge ninguna legislación internacional se ha optado por saltarse todas la reglas y el ordenamiento legal basándose en un mantra sentimental que a fuerza de repetirse se convierte en dogma fundamental.

Debemos una vez más releer a Goleman y su Inteligencia Emocional y que ese concepto como él señala sea un meme (unidad mínima de información que se puede transmitir) esencial de nuestra cultura.

 

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