La Superliga

Si he entendido bien el lío que se ha montado con la Superliga, la idea parece ser: los grandes con los grandes, los ricos con los ricos; y los pequeños y los pobres que jueguen entre ellos y se consuelen mutuamente.

La noticia ha producido un terremoto mayor que los del Castor en el Delta, por utilizar una metáfora que Florentino Pérez puede comprender bien. La falta de solidaridad de este G-7 deportivo sería una novedad quizá dramática para el fútbol.

¿Por qué? Más que nunca la afición se sustituiría por el negocio; el estadio, por la televisión; el graderío, por el sofá; la cuota de temporada, por la cuota telefónica; los socios pasarían a ser clientes y el deporte cedería ante el espectáculo.

O sea, pan y circo. Nihil novum sub sole.