La angustia de Eleonora

Ayer se cumplió un año de la primera hospitalización de un paciente de Covid-19 en Catalunya. La involuntaria protagonista fue Eleonora, una italiana de 37 años afincada desde hace 13 en Barcelona. Ayer, un año después de su ingreso en la UCI del Clínic, rememoraba cómo cada día preguntaba a los sanitarios que la atendían si había ingresado alguna persona contagiada por su culpa. Era esa una de las cosas que más angustia le generaban.

De hecho, del mes que pasó en el hospital, recuerda sobre todo la preocupación por haber sido vector de contagio tanto en Barcelona como en Italia, donde había visitado a padres y abuelos. Esta mujer explicaba ayer, ya felizmente recuperada de una enfermedad que le ha dejado secuelas crónicas como debilidad y migrañas, que lo vivió «como una desgracia».

Afortunadamente para ella, Eleonora ha sabido sacar provecho de su situación: «Creo que fue una oportunidad para detenerme y pensar más en qué me gustaba y qué no de mi vida y valorar las pequeñas cosas», dice, mientras cuenta que el 2020 le ha traído entre lo positivo un cambio de trabajo que le permite una vida «que va más despacio» y «con menos viajes». Sin duda, una buena receta para superar la angustia y ese sentimiento de culpabilidad. Porque no, ni ella ni los otros enfermos tienen la culpa.