La catáfora y la estulticia

Es triste ver cómo demasiados políticos olvidan lo que repitieron y hacen lo contrario

19 mayo 2017 22:32 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:00
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Si en algo se distinguen bastantes políticos es por usar un lenguaje, ambiguo, doble, metafórico y sobre todo en creer que por cambiar las palabras se cambia la realidad. Conviene recordar que la “metáfora” es un recurso del lenguaje por el cual, vaciamos una expresión de su significado común, para dotarla de un sentido abstracto, figurado. Con lo que se consigue que la metáfora se convierta demasiadas veces en una mentira. Ejemplos.: Los asesinatos de la ETA, eran llamados por ellos, conflictos políticos. Personas que son elegidas democráticamente conforme las leyes, declaran que se puede desobedecer las leyes que no gustan, pero eso sí ellas va a legislar y habrá que obedecerlas. Se habla mucho de nación, de nacionalismo y de territorio, pero se olvida que nación, viene de nacer, no de territorio. Y que los territorios no tienen derechos sino las personas que nacen, que viven en ese territorio son los que tienen deberes y derechos.

Los responsables del sistema educativo catalán han decidido que la palabra catáfora, que en catalán se escribe igual pero con acento abierto “catàfora” y que significa lo mismo para el catalán y el castellano han pensado que sea una palabra emblemática en el proceso de aprendizaje de la lengua.

Según la RAE en su diccionario catáfora es: “Tipo de deixis que desempeñan algunas palabras, como los pronombres, para anticipar el significado de una parte del discurso que va a ser emitida a continuación” y deixis es: “Señalamiento que se realiza mediante ciertos elementos lingüísticos que muestran, como este, esa; que indican una persona, como yo, vosotros; o un lugar, como allí, arriba; o un tiempo, como ayer, ahora. El señalamiento puede referirse a otros elementos del discurso o presentes solo en la memoria. Como puede observarse su comprensión es “sencilla y clara

”Diccionario catalán: “ del gr. Kataphora caiguda. 1. Relació de referencia entre un element lingüístic i un posterior en el discurs.2. Element lingüístic que s’interpreta segons un element que apareix posteriorment”

Cierto que para simplificar la cuestión podíamos decir que la catáfora es como señala Moya-Angeler: “Es una metáfora (el «significado» de lo que decimos va «más allá» de lo que expresa) perfecta sobre ciertas inutilidades en el proceso formativo de los jóvenes. «.

Por todo ello con “interpósita mano”, se quiere señalar que el castellano y el catalán se enseñan de maravilla en nuestra comunidad y que los niveles de lenguaje son exquisitos. Obviamente eso no se corresponde con la realidad ni con algunos de los niveles, que oímos al hablar a demasiados de nuestros jóvenes; ya es tradicional quedarse impresionados cuando vemos y oímos a campesinos de Iberoamérica hablar en documentales, con su excelente lenguaje de sujeto verbo y predicado y no como abundantes jóvenes españoles que al comentar cualquier cosa te salen con: Jo, tío, de verdad, es la repera tio, jo tío, de verdad es que flipo”.

Aún recuerdo en mis clases de la universidad cuando comentábamos un editorial de cualquier periódico, que más de uno y de dos levantaba la mano por palabras como idiosincrasia, sucedáneo, pinacoteca, ungido… para demandar su significado y eso que son similares en castellano y en catalán o se escriben igual.

Esto es consecuencia del sistema educativo que ha sido regulado con criterios sectarios y políticos y no como un proceso educativo personalizador practicando ser la columna vertebral de la convivencia, donde los deberes y los derechos son enseñados y la cortesía, la urbanidad, la educación, el silencio, la discreción y la lucidez se aprenden.

Es triste ver como demasiados políticos, ya educados en democracia ,que decían que eran una cosa, a la hora de tocar poder y sentarse en el sillón olvidan lo que repitieron por activa , pasiva y perifrástica lo que iban a hacer, hacen lo contrario, retorciendo el lenguaje hasta el infinito con frases melifluas, vagas y melindrosas.

Bastantes políticos se han empecinado en afirmar, como alquimistas medievales que la mezcla del agua y el aceite es bebible, es uniforme, es coherente y es un producto totalmente homologable para el cuerpo humano. Cuando de todos es conocido hasta en el refranero español, que son incompatibles.

No hay manera de que lo entiendan esos políticos españoles, que el agua sólo puede mezclarse con otra agua, por sucia y contaminada que esté y si se mezclan aguas de diferentes calidad son susceptibles de pasar por una depuradora y aunque el proceso sea largo, costoso al final si se usa tiempo, modos, forma y recursos el agua vuelve a ser bebible y útil para todo lo que el agua como elemento esencial de nuestra naturaleza se necesita, lo que está claro es que nunca, por más se mezcle se agite y se vuelva a mezclar, el liquido formado por el aceite y agua, será bebible, comestible y nutriente.

Pero nuestros políticos deben ser unos alquimistas redomados, como en la Edad Media, que han encontrado la piedra filosofal que convierte el plomo en oro. Así nos va.

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