La ciudad de Alexandra

Un estudio sobre la Savinosa ha ganado el premio Trencadís. El trabajo un magnífico repaso sobre la historia de este preventorio, sobre la tuberculosis y sobre el posterior abandono del lugar

08 diciembre 2019 11:20 | Actualizado a 08 diciembre 2019 18:39
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Una amiga de la infancia nos comunica que su hija, Alexandra Rion Marqués, acaba de ganar el premio Trencadís, con su estudio sobre la Savinosa. El estudio lleva por título: L’agonia d’una arquitectura nascuda per a curar.

En el estudio, Alexandra, hace un magnífico repaso sobre la historia del preventorio de la Savinosa, sobre la tuberculosis y sobre el posterior abandono del lugar. Alexandra, además, ha tenido el acierto de ilustrarnos con todos los proyectos que en algún momento nos han querido vender para «salvar la Savinosa». Y la verdad es que son unos cuantos. Un batiburrillo de ideas más o menos descabelladas, pero algunas de ellas con la consistencia suficiente como para poder haber abandonado el terreno de lo ideal en los años de bonanza.

A Alexandra, como a Victoria, como a Paula, a Laura, a María o a Cristina y a toda la tropa de varones que son sus hermanos los conozco desde que nacieron. El más pequeño, Guillem Bru Feliu, tiene casi 9 años. Son los hijos de mis amigas de toda la vida, y, que conste, que cuando digo detodalavida, no es una hipérbole. Nos conocemos desde los tres años y llevamos casi cincuenta soportando juntas lo que la vida tiene a bien en ofrecernos. De lo bueno y de lo malo.

Leyendo el estudio de Alexandra no dejo de preguntarme ¿cómo es posible que Alexandra haya hecho un trabajo sobre un desastre colectivo que durante más de 40 años hemos sido incapaces de solucionar? ¿Con qué legitimidad les podemos decir a Alexandra, Victoria, Paula, Laura, María, Cristina y toda la tropa de chicarrones de sus hermanos, que hemos trabajado para que la ciudad en la que viven sea la mejor posible? ¿Qué excusas le daremos a Guillem cuando pregunte porqué no se hicieron en Tarragona las cosas como, por ejemplo, Girona o incluso, Lleida?

Hace pocos días moría Toni Torrell, uno de los propietarios de El Poetes, el lugar en el que muchos de nosotros atisbamos el futuro como un lugar lleno de posibilidades. Ir a tomar algo al Poetes, era penetrar en el reino de una juventud que iba a ser infinitamente mejor que la de nuestros padres. ¿Pueden decir lo mismo hoy Alexandra, Victoria, María, Laura, Paula o Cristina? Me temo que no. Y esa fatalidad no es exclusiva de la juventud tarraconense. Aquí escuece más porque si en algo somos capaces de ponernos de acuerdo todos, es que vivimos en una geografía privilegiada y que, con un poco de talento -sí talento- bien aprovechado, viviríamos en una ciudad estupenda.

Dice Alexandra en su trabajo que ha querido investigar sobre la Savinosa porque desde niña que ha visto las mismas ruinas decrépitas, y porque, como su abuelo, ella se siente muy tarraconense. Le diría que mis primeras fotografías se tomaron en la playa de la Savinosa con los edificios del preventorio abandonado enmarcando a mi madre que mira el objetivo conmigo en brazos. Le diría que me gustaría que mi generación hubiese luchado para que ella, Victoria, Laura, Paula, Cristina y María, y la tropa de chicos, con Guillem a la cabeza, hubiesen podido disfrutar de un equipamiento digno de nuestra querida ciudad. Pero la Savinosa, como la Tabacalera, el Banco de España y un largo etc., contemplan nuestra derrota mientras sufren su agonía.

*Periodista. Nacida en Tarragona, Natàlia Rodríguez empezó a ejercer en el ‘Diari’. Trabajó en la Comisión Europea y colabora en diversos medios. Vive entre París y Barcelona.

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