La convivencia de Sant Jordi

El sabotaje sufrido por el concejal del PP en Tarragona alerta del grave riesgo de ruptura de la convivencia.

 

24 abril 2018 19:14 | Actualizado a 24 abril 2018 19:22
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La celebración de Sant Jordi ha adquirido tanta fuerza que no hay circunstancia, por adversa que sea, capaz de alterar su discurrir. Como cada año, las calles de todas las ciudades y pueblos de Catalunya se llenaron de paradas de libros y flores para que todas las gentes pudieran cumplir con una tradición admirada en todo el mundo. Una tradición, por demás, repleta de cultura y convivencia. El éxito de la fiesta multitudinaria no ha podido ocultar, sin embargo, que este año no hemos celebrado el Sant Jordi que todos hubiésemos querido celebrar. La división que vive Catalunya en estos momentos ha empañado el fondo de Sant Jordi, un día que siempre ha aglutinado a todos los catalanes por encima de ideologías, partidismos y tendencias. No debería suceder ningún otro Sant Jordi en el que la discordia entre catalanes actuará de trasfondo de la fiesta. No debería suceder que los símbolos de todos, los que siempre han servido para unirnos en harmonía, sirvan para levantar la protesta o para exteriorizar rechazos. Es en días como el Sant Jordi de ayer cuando los políticos deberían valorar en su verdadera medida la responsabilidad que pesa sobre sus espaldas: nada más y nada menos que la convivencia de un pueblo. La situación actual que vive Catalunya no admite más dilación. Cada día que pasa sin ninguna solución a la vista, sólo hace que enrarecer aún más el clima de convivencia e incrementa el peligro de que la brecha derive en algún suceso lamentable. Una primera advertencia es el sabotaje que ha padecido el teniente de alcalde del PP en el Ayuntamiento de Tarragona, José Luis Martín. El riesgo de que en cualquier momento algún descontrolado cometa alguna acción execrable se incrementa cada día que pasa. Y ya se sabe que la violencia, cuando se desencadena, es muy difícil de detener. De entrada hay que condenar sin paliativos la acción contra José Luis Martín, hay que alertar de que no estamos ante una anécdota, sino ante un acto muy grave. Un acto que puede dinamitar la convivencia. La convivencia de Sant Jordi.

 

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