La convivencia de 'todos' los europeos

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en vísperas electorales, ha vuelto a sugerir a los judíos europeos -ahora, a los daneses, tras el atentado que ha costado una vida en una sinagoga- que emigren a Israel. Todo está allí preparado para recibirles, ha dicho el mandatario israeló. Con anterioridad, tras los atentados de París, propuso otro tanto a los judíos franceses. El primer ministro francés, Manuel Valls, ha salido el paso con elegancia y acierto de estas insinuaciones y, tras lamentar y condenar la profanación de unas tumbas en un cementerio judío -después se ha sabido que el desmán ha sido obra de unos gamberros adolescentes-, que agravan el shock que ha padecido la población judía tras los atentados del 7 de enero, ha realizado unas lúcidas declaraciones a la radio RTL: «Francia está herida, como vosotros, y Francia no quiere que os vayáis». Y por si hubiera dudas, ha añadido: «La casa de los franceses judíos es Francia». Europa tiene que ser capaz de ofrecer patria y refugio a los judíos que son parte entrañable y entrañada de nuestra diversidad. El terrible Holocausto y las dejaciones cómplices que lo acompañaron no pueden ser presagio de nuevas discriminaciones ni de nuevos riesgos para la paz. Porque, o logramos la convivencia integral de todos los europeos, o el Viejo Continente perecerá. No hemos de permitir, en fin, que los judíos hayan de marcharse para asegurar su vida, su seguridad y su futuro.