La ‘epidemia silenciosa’

Ahora se sabe que hablar es clave para prevenir. Jamás un problema se ha resuelto ocultándolo o mirando hacia otra parte. Lástima que hemos llegado tarde.

10 octubre 2019 17:50 | Actualizado a 10 octubre 2019 17:53
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El suicidio debe dejar de ser tratado como un asunto tabú y debe abordarse abiertamente, con criterios científicos, que son los únicos que pueden ayudar a prevenir lo que los expertos ya denominan la epidemia silenciosa. Efectivamente, un solo dato nos puede dar idea del alcance del problema. En la demarcación de Tarragona se producen más muertes por suicidios al año (54 en 2017) que por accidentes en la carretera (43). Lo mismo sucede en el conjunto de Catalunya. Las estadísticas, además, no están completas, algunas muertes por suicidio entran en los registros como muertes accidentales. Por contra, la atención que se dedica a los siniestros de tráfico y su prevención es infinitamente mayor. El Departament de Salut, que recopila los datos de las causas de defunción (los últimos son de 2017), los coloca dentro de la categoría de muertes que, con políticas públicas adecuadas, se podrían prevenir. El cambio de criterio sobre cómo abordar el problema ha sido radical. «Tenemos que conseguir que el suicidio deje de ser tabú para salvar vidas», ha dicho el médico de atención primaria de Constantí, Enric Aragonés. Los doctores André Aleman y Damiaan Denys, profesores de las universidades de Groninga y Ámsterdam, piden que se tomen cuatro medidas para comenzar a mitigar el problema: reconocer la tendencia al suicidio como un trastorno separado de otras enfermedades mentales, investigar sobre sus mecanismos biológicos y psicológicos, aportar financiación específica para combatir el suicidio y poner en marcha programas de prevención basados en la evidencia. Además, reclaman un esfuerzo coordinado de las autoridades sanitarias, los médicos y los investigadores. Hoy, que se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, es un buen momento para abordar el problema del suicidio. Atrás quedaron los tiempos en que se pensaba que hablar del tema podía causar un «efecto contagio». Ahora se sabe que hablar es clave para prevenir. Jamás un problema se ha resuelto ocultándolo o mirando hacia otra parte. Lástima que hemos llegado tarde.

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