«Ustedes son nuestra familia en este lugar», nos dijo Diana, la mujer con un niño en brazos que intervino en la fiesta de los 15 años de Bonanit. Son las palabras más bellas que uno puede oír y aún suenan más dulces con acento colombiano. Son también muestra de una sabiduría que conviene al mundo. ¿No es cierto que la globalización nos convirtió hace tiempo en la aldea humana? Pues que la aldea sea familia es una cuestión no ya de humanidad, sino también de necesidad.
Ayer se supo que una nueva variante sudafricana del Covid amenaza con desbancar a la Delta, ya muy contagiosa, y ser más peligrosa todavía. Cayeron las bolsas ante el temor de que se extienda por todo el mundo. ¡Qué importante ser familia para resistir los embates, del virus o del hambre!