La fragmentación de la izquierda

No estaría de más que la izquierda española se uniera en un bloque dispuesto a formar con la derecha el binomio de la gobernabilidad

19 mayo 2017 23:36 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:34
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La irrupción de Podemos amenaza con dejar no pocos damnificados. Uno de los principales será Izquierda Unida, que fue una actualización del histórico Partido Comunista de España aderezada con otros vectores ideológicos progresistas y ecologistas. Una parte de la organización convergerá abiertamente con Podemos, ese populismo indeterminado que, aunque teóricamente situado en la extrema izquierda, no tiene empacho en pactar con la extrema derecha (Syriza ha buscado la sociedad de Griegos Independientes, una escisión por estribor del partido derechista Nueva Democracia). El resto de IU no se adherirá a esta coalición porque ni siente familiaridad con el populismo, ni rechaza el régimen vigente, que ese sector de la izquierda española también contribuyó a fundar desde el propio proceso constituyente. Y lo lógico sería que, sobre la base de tales afinidades con los partidos afincados en el pacto constitucional, se produjera un acercamiento de ese sector a los parajes socialdemócratas del PSOE. Pocos en IU mantienen todavía anhelos utópicos, por lo que no sería difícil, en un ejercicio de realismo, que quienes se mantengan fieles a las esencias de IU puedan sentirse cómodos en la zona de babor de un gran partido socialista a la europea. No estaría de más que la izquierda parlamentaria española se uniera en un bloque dispuesto a formar con la derecha el gran binomio de la gobernabilidad y arrojar a parajes excéntricos a los radicalismos.

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