En los últimos días la CUP ha votado de forma asamblearia si presentaba una enmienda a la totalidad a los presupuestos de la Generalitat. La ha presentado, pero ofrece negociar hasta el día 22 si la paciencia de Aragonès y su conseller Giró no se agota antes.
Es curiosa la fuerza de 9 diputados en un Parlament de 135, y más aún el voto de 462 personas (las que han participado en la decisión) para determinar el futuro de siete millones.
El listado de negativas de la CUP es amplio: no a los JJ.OO. de Invierno, no al Hard Rock, no a la ampliación de El Prat, no a la unidad de la Brimo de los Mossos… Y lo que quiere: abolir la Monarquía, abolir el capitalismo…
Su fuerza como constructora es poca, pero como empresa de derribos no tiene precio.