La hipérbole ferroviaria

«Acuerdo histórico». Madrid y el consenso metropolitano darán la medida de su alcance  

12 abril 2018 09:43 | Actualizado a 12 abril 2018 09:47
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El titular pactado por ambas partes cayó en la tentación literaria de la hipérbole: «Acuerdo histórico entre los Ayuntamientos de Tarragona y Reus para el impulso ferroviario del territorio».

Un acuerdo histórico que difícilmente pasará a la historia, no porque carezca de bondades, sino porque los acuerdos que alcanzan la categoría de históricos son aquellos que incluyen no sólo aceptaciones, sino también renuncias, que además del consenso faciliten la posibilidad de verlos convertidos en realidad en un plazo razonable.

De momento, la entente escenificada por Ballesteros y Pellicer es un ejercicio voluntarista consistente en sumar y asumir las demandas de ambos bandos. Cuando llegue la hora de negociar con Madrid, de apostar por prioridades y transigir con cesiones, comprobaremos su solidez.

En cualquier caso, hay que felicitarse por este paso y reconocer a sus impulsores la diligencia con que han cumplido el compromiso de dar respuesta conjunta al último agravio perpetrado por el Ministerio de Fomento con la estación intermodal del Aeropuerto.

Si el acuerdo entre los alcaldes de Reus y Tarragona es el principio de algo útil para los intereses de todos los ciudadanos del Camp de Tarragona, enhorabuena.  

La primera prueba será extenderlo a las ciudades de la costa, actores indispensables para el consenso metropolitano, no vaya a ser que puestos a asumir todas las demandas del territorio acabemos defendiendo una cosa y la contraria. Me refiero, por ejemplo, al tranvía, que implica mantener las vías en lugar de desmantelarlas.

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