La lengua que sólo sirve para entenderse

Si propones alternativas al modelo de inmersión, eres necesariamente un facha y anticatalán

19 mayo 2017 22:43 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:17
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El día 18 de mayo, el Sr. Josep M. Prats, nuevo líder local de UDC y número 2 de la lista de CiU en Tarragona, publicó un artículo en el Diari de Tarragona titulado ‘La llengua és cohesió i identitat’.

¡Pero qué obsesión tienen con la cohesión y la identidad! No se dan cuenta de que, como dice nuestro Nobel Vargas Llosa, el progreso y la civilización lo que nos han traído es la posibilidad de ser individuos diferentes y aún así ser respetados. Nos quieren hacer regresar a la tribu, donde el individuo no existía, era parte de la comunidad.

Y para todo eso tenemos la lengua. Esa misma lengua que es el catalizador, el útero materno del que nace la identidad. Esa misma lengua que se lamentan de que ‘otros’ la utilicen como herramienta política. Esa misma lengua que, impuesta como única lengua en el sistema educativo, excluyendo por ello a la lengua de la mitad de la población, sirve para extender el acto de fe que supone la identidad con la tribu, su cohesión.

Es muy recomendable el libro de Mercè Vilarrubias, Sumar y no restar. Razones para introducir una educación bilingüe en Cataluña (Ed. Montesinos, 2012), en el que analiza las seis ‘razones’ que se utilizan para justificar el modelo de inmersión lingüística. Seis razones o, mejor dicho, seis mitos porque deben justificar lo que racionalmente no tiene ninguna defensa, pero que se nos repiten hasta la saciedad: es un modelo de éxito, garantiza la integración y el aprendizaje de dos idiomas (uno de ellos de manera milagrosa porque enseñando en una sola lengua los alumnos alcanzan el pleno dominio de la otra, también)…

Pero el que más ayuda a entender la confusión sobre quién utiliza la lengua como herramienta política es el que aleja toda crítica de la inmersión lingüística. El que consigue la autocensura. Tan solo hay que recordar el espectáculo que nos ofrecieron en Mataró la semana pasada dirigentes locales y concejales de CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP, con unas quinientas personas, convocados por ‘Som Escola’, intimidando al grito de «independència» la entrada de los alumnos cuyos padres habían solicitado que parte de su escolarización fuera también en castellano. Si criticas, propones alternativas o tan solo te planteas el modelo de inmersión lingüística, eres, necesariamente, un facha y anticatalán.

Porque, habrá que recordar, aquí nadie ha hablado de lucha, defensa ni ataque. Nadie ha cuestionado que el español esté en peligro en Cataluña. De lo que se está hablando es de no excluir del sistema educativo la lengua de la mitad de la población, que se ha limitado a su estudio como el de una lengua extranjera. A lo más que han llegado los que han osado cuestionar el modelo de inmersión lingüística es a pedir a los poderes públicos que, en la proporción que determine la Generalidad de Cataluña, teniendo en cuenta la necesidad de normalizar el uso del catalán, se utilice también la lengua de la mitad de la población para impartir alguna asignatura, además de la Lengua Castellana. De lo que se está hablando es de que como la Generalidad de Cataluña no permite el cuestionamiento de la verdad revelada e inmutable de la inmersión lingüística, no determina esa proporción y ha tenido que ser el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña el que lo haga. De lo que estamos hablando es de que la Generalidad de Cataluña es quien llama a la desobediencia en una sociedad que pretende cohesionada.

Para muchos catalanes está muy claro quién utiliza la lengua como arma política y quiénes la queremos utilizar para entendernos.

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