La medalla olímpica mejor utilizada

28 octubre 2021 15:40 | Actualizado a 28 octubre 2021 16:02
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Probablemente, nunca una medalla olímpica hizo tanto bien como la plata que se colgó del cuello este verano en los Juegos de Tokio la lanzadora de jabalina polaca Maria Andrejczyk. Ganada con mucho esfuerzo por una atleta que hace tres años tuvo que luchar contra un osteosarcoma, un tipo de cáncer de hueso, ha servido para salvar la vida del pequeño Milosz, que gracias a la generosidad de Maria y a la solidaridad de mucha gente ha podido ser operado de una grave afección cardiaca en el Hospital Universitari Dexeus de Barcelona.

«El valor real de una medalla siempre permanece en el corazón. Pero es solo un objeto que puede ser de gran valor para otros. Esta plata puede salvar vidas en lugar de acumular polvo en un armario. Por eso decidí subastarla para ayudar a ese niño enfermo», explicó la deportista, tras vender la presea por 44.000 euros y abrir una cuenta para que, quien quisiera, pudiera hacer más aportaciones para ayudar a Milosz, quien apenas tenía un mes de vida cuando le diagnosticaron una cardiopatía congénita que le provocaba problemas cardíacos y pulmonares.

El dinero recaudado por María con la subasta de su medalla ha permitido que el niño fuera operado y ya esté, con el alta en la mano, de vuelta en su casa. Una gran historia con un final feliz que merece otra medalla. Esta, de oro puro.

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