El 20 de enero no solo cambiará el presidente, sino también la primera dama. La exmodelo de origen esloveno Melania Trump cederá el paso a Jill Biden, profesora de inglés de escuelas públicas que, a sus 69 años, ha expresado su voluntad de seguir dando clases.
El puesto de primera dama en Estados Unidos no tiene obligaciones ni está remunerado, aunque goza de personal a su servicio. Acompaña a su marido en algunos actos oficiales, pero Jill quiere hacerlo compatible con su pasión educativa, de la que dijo: «Enseñar no es lo que hago, es lo que soy».
Michelle Obama cuenta que cuando Barack y ella coincidían en un avión con los Biden (él era entonces vicepresidente), no era raro ver a Jill aprovechando momentos del vuelo para corregir exámenes.