La prioridad, formar Govern

Son muchos los vuelcos que da la política, por lo que no cabe extrañeza alguna en los vaivenes de la gobernación. El último episodio singular se vive ahora en los días previos a la constitución del nuevo Parlament de Catalunya y la subsiguiente investidura del nuevo president. Nadie habría apostado que Esquerra Republicana de Catalunya daría lecciones de moderación razonable a los herederos de Convergència, partido creado por Jordi Pujol desde los cimientos del seny. Mientras Junts per Catalunya insiste en que «Puigdemont será president el 31 de enero», desoyendo todas las voces que delatan su imposibilidad, ERC, por boca de Joan Tardà, ha dejado claro que «lo que es imprescindible es que haya Govern, porque las personas son muy necesarias, algunas mucho, pero nadie es imprescindible». Empeñarse en la investidura de Carles Puigdemont es estéril. Ni aunque pudiera conseguirse que el Parlament, mediante una interpretación forzada del reglamento por parte de la Mesa, consumara la votación de investidura de Puigdemont, tampoco tendría efectos legales porque, no se olvide, el nombramiento debe ser sancionado por el Rey, trámite que nadie duda que no llegará a producirse.  
Puede que Puigdemont y su equipo de colaboradores más allegados quieran agotar la estrategia de la tensión política para evitar que la figura del «president exiliado» no decaiga en las portadas de los periódicos. En la misma línea estaría la página web estrenada ayer con el epígrafe de «El Govern de la República». Todo ello no conduce a nada. En este punto vuelve a tener razón ERC cuando afirma que «lo prioritario es que haya un Govern independentista y no tanto quién lo encabeza».
Toda demora en la recuperación del autogobierno significa prolongar la vigencia del artículo 155 de la Constitución y, por tanto, mantener bajo mínimos la acción de gobierno de la Generalitat. Son muchos los organismos, instituciones y colectivos que han comenzado a elevar su lamento por la inacción gubernativa.