La rebelde y el mimoso

La celeridad con la que se ha emitido el informe que asegura que la edil cupaire de Tarragona, Laia Estrada, debe dimitir huele mal. Dios me libre de poner en entredicho la imparcialidad del secretario municipal y, menos aún, su capacidad profesional, pero que alguien se quiera cargar –políticamente hablando– a la que se ha convertido, junto a Arga Sentís, en la conciencia de Tarragona, apesta a venganza. Estrada es una de esas personas que ponen el dedo en la llaga, aunque muchas veces lo retuerza sin piedad o se equivoque. Ese tipo de políticos no profesionales molestan. La sentencia que la condena a tres meses por el enfrentamiento con la Guardia Urbana va de perlas a quienes buscan acabar con su carrera. Quizá jurídicamente tengan razón quienes defienden que se vaya, pero moralmente no. La rebeldía y valentía deben tener premio, no castigo.

Que Ciudadanos o el PP reclamen coherencia a Estrada es para carcajearse. Posiblemente el portavoz municipal de C’s, Rubén Viñuales, alias el Centurión (por su defensa del patrimonio romano) es coherente a más no poder. O no. ¿Pero su partido? Ciudadanos es aquella formación que juró que no apoyaría a Mariano Rajoy. ¿Quién nos ha regalado cuatro años más de agonía pepera? Sí, Ciudadanos. Lo único coherente que tiene el PP es premiar a exministros a los que debería purgar de por vida, como José Ignacio Wert, Jorge Fernández Díaz o José Manuel Soria. ¡Ah! También es hipercoherente su sistema de entrega de sobres... del mailing electoral. ¡Mal pensados!

Espero que el alcalde, Josep Fèlix Ballesteros, no haya tenido nada que ver en el mencionado informe. Pep Fèlix no tiene la mala uva política de alguno de sus antecesores en la alcaldía. Es más, anda en plan mimosote. «Si noto el cariño de la gente, podría volverme a presentar», acaba de decir en una entrevista al Diari. A ver si los promotores de la iniciativa ‘abrazos gratis’ se pasan por su despacho y le dan uno muy grande, que le hace falta.