Hay una definición chistosa de diplomático: «Es quien te dice que te vayas a la mierda de un modo que te sientes ansioso de comenzar el viaje». Pese a esta fama, suerte tienen de ella los países.
El acuerdo de Estados Unidos y demás potencias con Irán ha sido fruto de una diplomacia paciente que ha durado años y acabó fructificando el jueves en Lausanne. El miércoles, a las doce de la noche en Washington, Barack Obama se fue a dormir después de decir a los negociadores: espero que cuando me levante ya haya acuerdo. Y así fue.
Después de llegar a acuerdos diplomáticos con Cuba y con Irán, el presidente firmaría un fin de mandato muy positivo si lograra un acuerdo entre judíos y palestinos; pero es más difícil aún, porque en este caso su país solo puede ejercer de mediador y en la tarea han fracasado todos sus predecesores. Sin embargo, un acuerdo es la única salida para la paz.