La universidad en serio

El Ministerio de Universidades ha preparado el borrador de un nuevo decreto de Ordenación de las Enseñanzas Oficiales en el sistema universitario español con el que pone fin a la «guerra del 3+2» (tres años de carrera y dos de máster). En cuanto se promulgue la norma, todas las carreras universitarias en España durarán cuatro años, salvo estudios sanitarios o técnicos aún más largos y títulos conjuntos con otros países europeos; y los másteres serán de uno o dos años.

En la actualidad, hay unos sesenta grados de tres años, la mayoría en universidades de titularidad privada, a diferencia de lo que sucede en el resto de Europa. Aquí se pretende que los alumnos puedan acceder cuanto antes al mercado laboral, cuando el papel del grado es recibir conocimientos generalistas, que luego se especializarán en el máster.

Tenemos un serio problema en la enseñanza universitaria, tan masificada que no sólo no consigue que la oferta coincida con la demanda sino que, por su sobreabundancia, es de mala calidad por falta de profesores y ulterior pérdida de prestigio. Y el problema está en la enseñanza privada, falta de inspección suficiente -la Aneca no ofrece os resultados deseables-, que se ha convertido en algunos casos en un negocio de venta de títulos. Hay una universidad privada que concede másteres de Ingenieros de Caminos a los ingenieros civiles (un grado) mediante cursos que se celebran en fines de semana. La universidad debe dejar de ser una entidad expendedora de títulos, como denunciaba Unamuno, para convertirse en sede de la ciencia y la innovación, y el resorte de la modernización del país.