El Partit Demòcrata Català es capaz de superar aquella sentencia de que no se puede repicar las campanas e ir en procesión.
El lunes Francesc Homs anunció su disposición a ser presidente del Congreso de los Diputados. Sorprende en alguien que detesta la Constitución y quiere irse de España.
Y al mismo tiempo que él se ofrece a encabezar la procesión, su partido obedece a la ANC y toca las campanas a favor del RUI (Referèndum Unilateral d’Independència), si bien cambiándole el nombre por «mecanisme unilateral d’exercici democràtic».
Se me escapa qué pretendía Homs con su aspiración, pero la adhesión a la propuesta de la CUP y de la Asamblea es clara: el PDC, en su condición de independentista, no quiere que se le confunda con una versión descafeinada de ERC; y por otra parte no quiere molestar a la CUP, que en septiembre tiene que aprobar a Puigdemont en la moción de confianza.