Las prisas

La puntualidad es una virtud que sigue adoleciendo de no tener testigos

19 mayo 2017 19:03 | Actualizado a 21 mayo 2017 17:33
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Las encuestas influyen más en el futuro que lo que sucede hoy por hoy, que es lo que tenemos más cerca, y por eso Rajoy, al que nadie ha agraviado hasta el punto de llamarle impaciente, le está exigiendo a Pedro Sánchez un ‘pacto rápido’ para que tengamos Gobierno y podamos desmentir toda esa calumnia cierta de que somos ingobernables. ¡Vamos! No hay tiempo que perder, porque en la búsqueda del tiempo perdido se nos agotan los calendarios. El candidato que aspira a cobrar quinquenios le está exigiendo velocidad a Pedro Sánchez, que está atrancado en la línea de salida, para que haya un Gobierno, sea bueno o malo, ya que es improbable que sea peor que su vacío. De ahí las prisas, que son incompatibles con la elegancia, salvo en atletismo. Las encuestas apuntan que el PSOE, a pesar de haberse equivocado de líder, volverá a ser decisivo. Quienes apuestan y no aciertan encuentran siempre una buena disculpa, pero no mejor que la de aquel señor que encabezó su carta diciendo: «hubiera contestado antes la suya, pero usted no me mandó antes ninguna».

La puntualidad es una virtud que sigue adoleciendo de no tener testigos, ya que la persona con la que estábamos citados no ha acudido. Ese desairado trance le está sucediendo al actual presidente en funciones, al que le urge preparar los presupuestos del año 2017. Si esperamos a que el patio esté limpio, tendremos que mudarnos de casa, pero el tiempo apremia y quizás sea mejor adecentar la nuestra, aunque tenga goteras. No se entiende bien el proyecto de Ada Colau, pero tampoco está claro el de Pablo Iglesias. Somos muchos, aunque no seamos los suficientes, los que nos habíamos acostumbrado a ser españoles y no nos entra ni en el corazón ni en la cabeza eso de la ‘soberanía catalana’ ni la celebración de un referéndum de independencia en el que no podemos decir esta boca es mía los que hemos nacido unos pocos kilómetros más lejos de ese cráter que también nos está calentando los cascos a todos. La cuestión nacional se ha vuelto regional. Mal momento para andarse con prisas.

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