Las riadas del Ebre en placas

Uno de los elementos del patrimonio de las Terres de l’Ebre que más me gusta, por su singularidad, son las placas que muestran los niveles a los que llegó el río Ebre en las riadas más importantes a lo largo de su historia, que produjeron víctimas mortales y que, por esas casualidades de la vida, tuvieron lugar muchas de ellas en años acabados en 7: 1617, 1717, 1787, 1907 ó 1937 . Te puedes encontrar estas placas en los sitios menos pensados, desde dentro de una oficina bancaria a un bar. Pero la mayoría se encuentra en las fachadas de edificios, en Tortosa, Miravet o Móra d’Ebre, entre muchas otras poblaciones de la ribera del Ebre. Sin ir más lejos, el otro día descubrí por casualidad una en una casa de la plaza de la Immaculada, en el barrio tortosino de Remolins.

En Xerta, hay un compendio de los máximos niveles que ha alcanzado el Ebre a lo largo de la historia, en el linmígrafo de la fachada de su iglesia.

Para ofrecer algunas referencias, si actualmente el río se desborda hacia los 2.500 metros cúbicos por segundo en su tramo final (al paso por Tortosa), las fuentes históricas apuntan a que en la riada del año 1907se superaron los 20.000. La construcción de los pantanos ha reducido, pero no eliminado, el peligro de riadas. En estos últimos días de crecida controlada, el caudal se sitúa alrededor de los 1.000 metros cúbicos por segundo.

Resulta sorprendente y escalofriante a la vez imaginar la fuerza desatada de este gran río que da nombre y vida al territorio. Porque igual que daba la vida, también la podía quitar.