He leído con gusto el artículo de Nani Rodríguez Perea, especialista en comunicación de riesgos. Opina, a propósito de la instalación de nuevas sirenas para alertar de emergencias químicas, que no sirven de nada si no se acompañan de una información clara y repetida al ciudadano sobre qué debe hacer cuando suenan, para que pueda distinguir si son una prueba o van en serio, y cuál es el sonido que identifica que el riesgo ha pasado, si lo hubo.
La doctora en Comunicación propone que, al activarse las alarmas, se envíe simultáneamente un mensaje a los móviles para decir a la gente qué pasa y cómo debe protegerse.
Si la Administración es capaz de informatizar los cubos de la basura, ¿no puede resolver técnicamente el envío de un mensaje al móvil?