El domingo se celebrará la segunda vuelta de las presidenciales francesas. En la primera venció Macron con el 24% de los votos, pero Marine Le Pen obtuvo el 21%, batiendo la marca de su padre, Jean-Marie Le Pen, que logró el 17% cuando pasó a la segunda vuelta contra Chirac.
«¿A qué cree que es debido que su hija experimente menos rechazo que usted?», le preguntaron al fundador del Frente Nacional, y el ultraderechista contestó: «Yo soy un antiguo paracaidista; ella es una madre de familia. Es normal que dé una imagen más agradable».
Marine Le Pen no carece de personalidad. Expulsó a su padre del partido que había fundado, por su negación del holocausto. Pero es igual de radical: quiere sacar a Francia de la OTAN y del euro, restablecer controles fronterizos, sopesa restablecer la cadena perpetua o pena de muerte, etc.
Su improbable victoria sería una desgracia para Francia y para Europa.