Lecciones geográficas de la crisis griega

Grecia no cayó en el bloque soviético porque Churchill la quiso bajo influencia británica

19 mayo 2017 22:22 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:36
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Grecia está acaparando la atención europea de este 2015. Desde las elecciones que ganó Siryza a principio de año, hasta el Referéndum del pasado domingo. Pero se trata de una simple crisis financiera? Creemos que no. La crisis financiera ha hecho surgir un conjunto de interrogantes sobre otras muchas cosas, a parte de las finanzas. Y creemos que en el fondo de la cuestión, de lo que se trata es de una crisis de la geografía, más concretamente de la visión geográfica que se proyecta desde las instituciones europeas.

La sociedad cambia y la geografía cambia y viceversa. Como nos enseñaba mi profesor Franco Farinelli en las lecciones que nos daba en Bologna; la globalización, y más concretamente la superación de la dimensión espacio temporal de nuestro sistema socioeconómico, obligan a reinterpretar nuestros modelos geográficos en nuestra relación con el mundo que nos rodea.

No ser conscientes de este cambio epistemológico de la Geografía, nos condena a fracasar en nuestras conceptuaciones territoriales, en el intento de aplicar soluciones a los problemas territoriales y el ejemplo de Grecia no deja de ser clarividente.

La economía tiende a homogenizar el espacio global, y con la globalización este proceso se ha acentuado. Las únicas resistencias a este proceso son las capacidades de los territorios a amoldarse a esta homogenización. Pensar que Grecia es un país como Alemania, Francia o Reino Unido, es equivocarse antes de empezar. Pensar que las medidas que se aplican a Irlanda tienen la misma validez que en Grecia, es volverse a equivocar.

Todo el mundo se pregunta, que ha pasado en Grecia? Que le pasa a Grecia? Como es Grecia? Pero no es un país de la Unión Europea y de la zona Euro? Por que ha pasado todo esto en Grecia?

Que el nombre del continente este relacionado con la mitología griega, es muy romántico, pero eso no determina que la visión y concepción de Grecia sea europea de per se. Con esto no queremos decir que Grecia no sea Europa, ni mucho menos, pero Grecia es un territorio europeo, que por las vicisitudes históricas, la hacen muy diversa a otros miembros de la Unión Europea. Siempre se ha dicho que los países mediterráneos de la Unión; España, Italia y Grecia, tienen más en común con los países de la otra orilla del Mediterráneo que con sus socios europeos, y lo de Grecia es un buen ejemplo.

Ante todo hay que recordar que la Grecia actual, poco tiene que ver con la Grecia antigua. Más de 400 años de dominio otomano han dejado huella. Grecia es el apéndice de los Balcanes que se proyecta en el Mediterráneo, y la palabra Balcanes es muy definidora. Quizás nos habíamos olvidado de esto, que Grecia es un país balcánico, y que el siglo XX, en Europa es el siglo de los Balcanes. La cultura otomana se territorializó en los Balcanes, como la árabe se territorializó en la Península Ibérica. Los nacionalismos, teoría territorial de matriz centro-europea, desencadenó, hasta hace muy poco, el terror en los Balcanes. La realidad social de los territorios balcánicos era antagonista al nacionalismo, quizás de aquí venga la virulencia con la que se materializó este proceso histórico durante el siglo XX.

Grecia no cayó en la esfera del bloque soviético porque Churchill la quiso bajo influencia británica. La geopolítica de la futura Guerra Fría marcaba las conferencias del final de la Segunda Guerra Mundial. Churchill quería evitar el sueño ruso, después soviético, de llevar su influencia hasta el mar caliente, el Mediterráneo. No tengo ninguna duda que esta voluntad de llegar al mar caliente esté entre los pensamientos de Putin. El acercamiento entre Moscú y Atenas ha sido constante y más que simbólico.

China domina el Pireo, el puerto de Atenas es la entrada de las exportaciones chinas a la Europa centro-oriental, mientras parece ser que el puerto de Barcelona se define como la entrada de las exportaciones chinas hacia la Europa centro-occidental.

La preocupación y las llamadas telefónicas del presidente Obama respondan a la necesidad de controlar la situación. Impedir el expansionismo ruso hacia el Mediterráneo, pasando por Ucrania y por la Transnistria. Y también impedir que las necesidades de Grecia sean compensadas por China lo que significaría una ganancia geopolítica en la zona para ésta.

Pero la que sale perdiendo es la Unión Europea. Las instituciones europeas tienen que ser capaces de retomar las negociaciones, pero sobretodo de replantarse su geografía, y rehacer todos los mapas que tenían sobre Grecia y sobre el resto de países de la Unión, el mapa les ha fallado. No sólo se pierde por la crisis financiera, perder a Grecia significarían muchas cosas más y la sombra de los Balcanes vuelve a planear en las agendas de los Estados Nación europeos. Perder Grecia significaría perder peso geopolítico en la y de la Unión europea, en una zona muy caliente y estrategia para deshacerse de ella.

Como decían los geógrafos alemanes durante el siglo XIX, periodo en el que dominaron la Geografía, como la mayoría de las demás ciencias; en el error está la solución.

@jaumecasanas

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