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Catastrazo encubierto
Con la crisis inmobiliaria los ayuntamientos han visto caer los ingresos que provenían del ladrillo y, muchos rozan la quiebra, por eso han decido que la vía para superar el bache es cargárselo a los propietarios de viviendas y locales. Si sube el valor catastral de un piso o local, automáticamente aumenta también el impuesto del IBI en la misma proporción. Salvo que el alcalde de turno decida bajar el tipo aplicado. Los ayuntamientos suelen echarle la culpa al Ministerio de Economía y Hacienda, del que depende la Dirección General del Catastro, pero lo que los consistorios no cuentan es que son ellos los que solicitan que se actualice el valor y provocan el aumento.
¿Y qué hace el gobierno y los ayuntamientos? Pues endeudarse cada vez más, subir los impuestos y transferir la deuda al futuro, con lo cual nuestros hijos la heredaran y serán más pobres. Mientras el gobierno y los ayuntamientos saquean a los españoles con más impuestos para poder mantener su economía de despilfarro y seguir pagando el sueldo de estos políticos irresponsables y cargos de confianza que nos chupan la sangre. En cambio, los españoles nos empobrecemos y vemos disminuir nuestra capacidad para pagar esos impuestos y de llegar a fin de mes.
Están exprimiendo tanto a los trabajadores y pequeños propietarios que al final no podremos pagar los impuestos que religiosamente hemos venido pagando hasta ahora. El Ayuntamiento de Tarragona dice que da facilidades y que podemos pedir un aplazamiento en el pago, pues bien, si lo solicitas, te cobran una tasa o impuesto añadido. Nos estamos convirtiendo en ciudadanos hipotecados por los impuestos y que acabaremos siendo expropiados por nuestros ayuntamientos si alguien no pone remedio a esta vergüenza.
Héctor Rodríguez Cobos
(Tarragona)
Editorial ‘la gestión del voto’
Por medio del presente escrito quiero manifestar mi discrepancia del editorial de Diari de Taragona, del lunes, 22 de junio, y titulado: La ‘gestión’ del voto.
Mi discrepancia está en las afirmaciones que se hacen en el editorial como, por ejemplo: “…los electores tomaron su decisión sin pensar en las consecuencias secundarias de sus actos, sin calibrar los pactos posibles ni las estrategias de cada partido.”
A mi juicio, una afirmación de tal calibre supondría que el editor habría de conocer el pensamiento de todos los millones de electores a la hora de ejercer su derecho a votar; cosa harto improbable, por lo que considero una afirmación sin fundamento alguno. Por otra parte, presupone que los votantes habían de conocer previamente al acto del voto, los pactos y las estrategias de cada partido para poder calibrarlos. ¡Como si esa información la dieran los partidos en periodo preelectoral! Más bien sucede al contrario, que todos amagan sus cartas. Tú dame el voto y confía en mí, que luego ya haré yo lo que más nos convenga. Este parece ser el mensaje político de todos los partidos al electorado y previo a las elecciones.
Y por último, lo que más me llama la atención es la siguiente frase: “Es posible que si los electores hubieran meditado el caos que provocaban hubiesen actuado de otro modo”. ¡Hombre! Encima culpa a los electores de haber provocado un caos. Y que de haberlo meditado habrían actuado de otro modo. ¿De qué modo? ¿Quizá votando a los mismos de siempre para que las cosas siguieran igual que siempre?
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Albert Einstein.
José Antonio Luaces Campos
(Tarragona)
