Les cartes al director del dia

19 mayo 2017 19:59 | Actualizado a 21 mayo 2017 21:15
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Rufián, charnego e independentista

n Así se declaró Rufián en el debate de investidura. Me pregunto qué ha sucedido en Cataluña para que en los últimos 36 años haya pasado de ser la comunidad más próspera y admirada de España, a una de las más desprestigiadas, cuando no el hazmerreír del resto del país (pole position) que antes sólo ocupaba una región sureña. Manejo varias hipótesis: económicas, políticas y sociales.

Económicas.- Mientras la economía de esa región de España era puntera, gracias fundamentalmente al empuje del sector textil, la actividad principal se centraba en producir bienes y comerciar con ellos. Nada distraía al pueblo catalán de su próspera actividad, que daba de comer e incluso permitió enriquecerse en muchos casos tanto a propios como a foráneos.

Políticas.- Refresquemos nuestra memoria, respecto a los distintos gobiernos catalanes: El primer presidente de la Generalitat catalana (tras la muerte de Franco), fue Josep Tarradellas (desde su retorno del exilio en 1977 hasta 1980).

Recuerdo aquel día, 23 de octubre de 1977, cuando desde el balcón del Palacio de la Generalitat, gritó a la multitud concentrada en la plaza de Sant Jaume la famosa frase «Ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí!»

Yo estaba entre aquella multitud, pues no quise perderme aquel día histórico. Aquella primera frase de Tarradellas, dicha con gran emoción, tenía una carga simbólica nada desdeñable. Dijo, «ciudadanos de Cataluña», no «catalanes» únicamente.

Fue un discurso conciliador e integrador y aquella tarde pareció comenzar en Cataluña una época ilusionante aunque, los años siguientes nos demostrarían que aquello no fue más que la esperanza de ciudadanos ingenuos.

Sociales.- Existen tres tipos de ciudadanos catalanes: El catalán burgués: es el catalán «de toda la vida»; el ciudadano que con su «seny» y espíritu emprendedor llevó a Cataluña a las más altas cotas de prestigio y bienestar. Es el grupo de los empresarios de renombre, de los comerciantes; un grupo de clase alta o media-alta que tradicionalmente votó a CiU (el partido catalanista por excelencia), para más tarde «atreverse» con el PSC para volver de nuevo a CiU.

En este grupo hay tanto catalanes independentistas como soberanistas, que desean seguir siendo parte de España; en algunos casos, por auténtico sentimiento identitario y convicción ciudadana; en otros, por temer que la escisión sería ruinosa para sus intereses económicos.

El catalán independentista: se trata de un grupo de ciudadanos jóvenes, vocingleros, sectarios, radicales, desinformados a golpe de lavado de cerebro en sus escuelas, universidades y medios de comunicación. Son personas que votan mayoritariamente a ERC y a los Verdes, los más jóvenes; y a CiU los papás de estos jovenzuelos kaleborrokizados.

El charnego: este grupo es catalán de nacimiento, aunque sus orígenes son al 50% andaluces. Su padre o madre llegaron hace muchos años a Cataluña, desde lugares como Jaén, Almería, Granada... En puridad, sólo se aplica ese calificativo a la mezcla de catalán con andaluz y no con personas de otros lugares de España. Eso indica el carácter xenófobo del apelativo.

Los charnegos tuvieron que aprender a sobrevivir. Estos charnegos están haciendo un vergonzoso caldo gordo en una sociedad que, en cuanto tenga la ocasión, les volverá a señalar con el dedo recordándoles que en realidad ellos no son catalanes 100% y se lo recordará probablemente, al ritmo de la rumba catalana.

Miguel Ángel Hidalgo Caño

(Tarragona)

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