Los alumnos se harán su propia PCR. ¡Ay, Dios!

Tengo una hija que cursa tercero de la ESO y me comenta divertida y entre risas que el tema estrella de conversación –tanto oral como a través de las redes sociales– entre sus compañeros de clase es la decisión de la Generalitat de que sean los propios alumnos los que se hagan ‘automuestras’ de las pruebas PCR cuando se detecte un caso positivo de coronavirus en su grupo burbuja. Y, como era de esperar, los chavales no las tienen todas consigo: «¿Cómo sé yo hasta dónde tengo que meter el palito? ¿Hay un tope? ¿Y si estornudo, se pierde la prueba? ¿Y si me paso y me sale por la boca? ¿Y si me lo meto mucho y se me queda atascado dentro de la nariz?...», son solo algunos de los comentarios que con más frecuencia se escuchan entre los adolescentes. Aunque no falta quien va más allá y ya está proponiendo una competición para ver quién es el más valiente, el que se mete el palito más adentro. Dice la Generalitat que habrá supervisión sanitaria orientada al desarrollo de la técnica, que es de «realización sencilla», con la introducción del escobillón –dos centímetros– en cada una de las fosas nasales. No sé si lo tienen tan claro los estudiantes, pero, a tenor de sus comentarios, pagaría por estar presente en uno de estos ‘automuestreos’. Tampoco sé si saldrán muchos positivos, pero espero, al menos, que no salgan muchos lesionados.